El día que Vitolo pudo jugar en el Real Madrid

La carrera de Vitolo ha presenciado algunos baches antes de llegar a la élite. El canario tuvo que superar en su juventud una lesión importante, y junto a eso, los despistes de un adolescente propios de la edad.

El canario se ha convertido en referencia del Sevilla prácticamente desde su llegada al cuadro hispalense. En una entrevista con ABC, el canario reconoce que en sus años de crecimiento. "Cuando tienes 17-18 años te piensas que eres el rey del mambo y no eres nadie. Así que comienzas a salir de fiesta con los amigos y dejas de lado el fútbol. Ese no era mi rumbo, claro. Afortunadamente, con la ayuda de mi novia y de mis padres supe enderezar mi carrera", reconoce el jugador del Sevilla.
A los 21 años, Vitolo tuvo que superar un lesión muy grave que pudo haber frenado su carrera. El canario se rompió el cruzado: "Aquello me enseñó a amar el fútbol, a respetar mi profesión y a cuidarme todavía más. No había otro modo de afrontar el fútbol si quería llegar a lo más alto".
Además, antes de llegar al Sevilla, Vitolo estuvo a punto de marcharse al Real Madrid. En 2012, el cuadro blanco le hizo una oferta para que se integrase al filial madridista. No obstante, el futbolista decidió ponerle freno al asunto. "Me querían para el Castilla, pero por una razones u otras no se materializó la operación. Son cosas del fútbol. Es lo que me dice Leticia. Las cosas siempre pasan por algo y si no fiché por el Madrid era porque el destino me tenía guardado algo mejor. Quizás, si hubiera ido al Castilla no estaría donde estoy ahora", indica Vitolo.
El jugador está muy agradecido a Unai Emery. Con el vasco, el canario si hizo futbolista en Primera División y aprendió matices importantes para ser mejor futbolista. "Unai fue algo más que un entrenador. Le debo mucho. Apostó por mí cuando nadie lo hacía. Y es verdad. Me enseñó a defender como nadie lo ha hecho. Sampaoli me enseña a ser protagonista y a ser valiente, sea quien sea el rival que esté delante", apuntaba el extremo del Sevilla.
Por último, el isleño asegura que ser padre le ha cambiado la vida en lo personal y en lo profesional. "Desde que te levantas hasta que duermes estás entregado a ellos. Daniela y Thiago son lo mejor de nuestra vida. Cuando no era padre y regresaba a casa tras un partido malo, las paredes se te echaban encima. Ahora, sabes que al abrir la puerta tienes dos niños que no dejarán de sonreírte y quererte sin pedir nada a cambio. Eso es lo más cercano que existe a la felicidad absoluta. Y si eres feliz, no solo disfrutas en la vida sino que además te diviertes mucho más en tu trabajo. Ser padre me ha hecho mejor futbolista", concluye el jugador.