Anoeta, Joaquín y el partido soñado

Las estadísticas no son halagüeñas en las visitas del Real Betis a Anoeta, tras haber consumado una única victoria en el nuevo milenio. No obstante, los pupilos de Setién ya han retado a la historia este curso, tras la victoria en el Bernabéu, y esperan volver a hacerlo ante una Real Sociedad en horas bajas. Por ello, los de Heliópolis intentarán lograr la cuarta victoria consecutiva y asentarse en una zona noble donde los verdiblancos esperan volver a codearse con los más grandes.

Aunque la historia no sonríe a los hispalenses, cabe remontarse a diciembre de 2003 para subrayar un partido para el recuerdo. En un año donde los verdiblancos no estaban rayando el nivel que se les presuponía, los de Víctor Fernández destrozaron los esquemas de una Real Sociedad que venía de ser subcampeón el año anterior y consolidarse como la auténtica revelación del panorama nacional. En una cita donde brillaban los Nihat, Xabi Alonso o Kovacevic se alzó sobre todos ellos la emergente figura de Joaquín, el protagonista de un partido que no dejaría indiferente a nadie.
Un cuarto de hora tardó el portuense en volver loca a la retaguardia txuri-urdin, tras una jugada maradoniana que culminó batiendo a Westerweld. Previamente, Capi abrió el marcador a los cuatro minutos tras un centro de Ismael. Ya en la segunda mitad Juanito sentenció el encuentro tras un rechace y es entonces cuando llegaría el recital del extremo. Joaquín se aprovechó de los espacios en una zaga local atónita ante el abanico de regates del jugador, que no se cansaría hasta firmar su doblete. Por ello, y con el encuentro roto, Joaquín volvió a hacer de las suyas y merced a un sobresaliente desmarque rompió las marcas albiazules y se zafó del arquero para anotar el cuarto y sentenciar una noche para la historia.
Tras ello, un bagaje saldado con cinco derrotas y cuatro empates que no consuman las esperanzas de un Betis con ilusiones renovadas, que espera convertir la sorpresa en realidad y volver a recordar un triunfo de mérito.