Las complicaciones en la renovación de Rubén Castro

La ilusión llegará el próximo lunes al Benito Villamarín, en el retorno de uno de los hijos prodigios del Real Betis. Un regreso, el de Rubén Castro, que ha instaurado la esperanza en una hinchada que necesita de sus goles para seguir escalando en la tabla y colarse en la pugna por los puestos europeos. Una lucha que podría ser el postrero objetivo del canario en la disciplina verdiblanca, ante la que puede ser su última temporada en Heliópolis.

Una de las premisas principales tras la llegada de Ángel Haro a la presidencia fue la renovación del ariete canario, alargándole la cláusula hasta 2018 con una temporada más opcional. Una condición que comienza a enquistarse, pues ese pacto incluía una serie de cláusulas para firmar esa campaña añadida. La marcha del delantero a China ha reducido considerablemente sus posibilidades a cumplir el bagaje mínimo de goles que le pedían, una cifra que por aquel entonces el mismo jugador declararaba que "no serían problemas mayores".
Ese número de celebraciones debe ir acompañado de un mínimo de partidos disputados, pero el perderse media temporada ha lastrado en demasía los planes del delantero. Una condición que el propio jugador le ha pedido al club que se rebaje, pero en la directiva se remiten a su cláusula.
Fue el propio Serra Ferrer quien se mantuvo tajante ante su obligación a cumplir las condiciones, como así alegó en unas declaraciones a la Cadena Cope: "Sabemos lo que supone para la afición, tiene esta temporada y una más. Hay unas cláusulas y creemos que él es capaz de cubrir estas cláusulas y seguir con el contrato que tiene".
Un complicado reto el que se le presenta por delante a Rubén Castro, que debería cumplir ese mínimo de partidos disputados y goles para que se convierta automáticamente en realidad su estancia en el Real Betis la próxima temporada. Una medida, que de no cumplirse, obligaría a la directiva a estudiar su situación pero no aseguraría su presencia el próximo curso.