Grosics, el portero relacionado con las SS de Hitler que debutó con el Ferencvaros a los 82 años

En esto del fútbol resulta curioso ver cómo auténticas potencias cayeron en la miseria en apenas un suspiro. Uno de esos clubes fue el Ferencvaros, relegado al más absoluto ostracismo tras la II Guerra Mundial, cuando el gobierno húngaro empezó a controlar los grandes rivales de su ciudad. Uno de los ejemplos más claro de esa marginación que sufrió reside en la figura de Gyula Grosics.

El portero disfrutó de sus primeras atajadas en el Mateosz hasta que en 1950 firmó por el Honved. Sin embargo, él era fan del Ferencvaros pero nunca (casi) pudo defender como profesional sus colores. Los fredi, próximo rival del Betis, eran, y son, históricamente el equipo ligado a los nacionalistas húngaros, relacionados con una ideología de derechas. Aunque nunca llegó a demostrarse, un libro reciente aseguraba que el portero formó parte de una división de las SS nazis durante la ocupación alemana en Hungría. En cualquier caso, él nunca ocultó su ideología y fue muy crítico con los regímenes comunistas. Motivos suficientes para que el Ministerio de Defensa húngaro prohibiera a Grosics firmar por el club al que amaba.

Grosics se retiró sin jugar en el Ferencvaros pero...

Gyula Grosics era considerado un ídolo en el país y precisamente por eso el gobierno no podía permitirse ver a uno de sus héroes disfrutar en un club que defendía a ultranza los símbolos que ellos perseguían. Pasaron los años y el guardameta no pudo cumplir el sueño de su padre, jugar en el Ferencvaros. Así hasta que se retiró en 1962, en las filas del Tatabánya Bányász.

Un sueño que parecía marchito... hasta 2008. En el mes de marzo de aquel año Gyula Grosics, ya con 82 años, reparó su deuda histórica y jugó el primer minuto de partido en el amistoso entre Ferencvaros y Sheffield. Lo hizo vestido con una camiseta negra y durante 30 segundos, pero fue suficiente para cumplir lo que había perseguido toda su vida. Por si fuera poco, el Ferencvaros retiró el dorsal número 1 en su honor y es el único equipo de Europa, junto al Hannover por Robert Enke, que tuvo tal detalle.