Los jugadores del Betis están locos: el mejor rondo de la historia del equipo con tacón de Fekir incluido y sin dejarla caer

El Betis, como los tiburones, huele sangre. Sabe que está en un momento inmejorable y que su máximo rival está pasando las peores horas de los últimos años. Una oportunidad para los verdiblancos de confirmar el cambio de tornas que se viene producido en la ciudad desde hace unos meses, principalmente desde que los de Pellegrini levantaran en mayo la Copa del Rey  habiendo eliminado en el camino precisamente al Sevilla FC.

Desde el comienzo del último entrenamiento, a dos días del derbi, el propio Pellegrini ha querido dejar claro que no quiere relajaciones. Silbatazo al salir al campo para despertar a sus jugadores y meterles electricidad en el cuerpo. La energía que necesita un equipo que viene de golear al Helsinki, tres a cero, en la Europa League y que busca

Una energía que han dejado ver los futbolistas en una imagen que ilusiona al beticismo sobre lo que puede esperar ver el próximo domingo sobre el césped del estadio Benito Villamarín. Un rondo para grabar y dejar guardado. Nada menos que 25 toques seguidos, muchos de ellos con el balón por el aire con toques de cabeza y hombro, para rematar la jugada con un taconazo de lujo de Fékir, uno de los llamados a ser hombre clave del derbi.

Ventaja histórica del Betis antes del derbi

Con 23 puntos en Liga y en puestos de Champions League, el Betis llega al derbi con la mayor ventaja sobre su eterno rival de los últimos años. Además, la goleada ante el Helsinki le sirvió para confirmar el buen arranque del equipo en un partido intrascendente, pues ya tenían asegurada la primera plaza de su grupo. Enfrente, en el derbi, un Sevilla que está viviendo un arranque de curso traumático que se ha llevado ya por delante a Julen Lopetegui y que, sin embargo, no ha logrado enderezarse con la llegada de Jorge Sampaoli. En cinco jornadas de Liga, una victoria, dos empates y dos derrotas. A lo que sumar tres partidos de Champions con una victoria, un empate y una derrota. Unos números muy discretos que no sirven ni de lejos para afirmar que el equipo ha cambiado de rumbo. Ni siquiera para haber salido de los puestos de descenso.