Reflexión, autocrítica y ambición

A ningún bético se le escapa que los últimos diez días de su equipo han generado cierta decepción. Las semifinales de la Supercopa de España, el caer también en los penaltis tan pronto en la Copa del Rey contra Osasuna y la derrota liguera frente al Espanyol han sumado tres momentos de contrariedad. Claro que todo necesita siempre de perspectiva.

Más allá de los resultados, las sensaciones del Betis tampoco han sido las mejores. En ese trío de partidos, nada tiene que ver el día del Barcelona, con lo sucedido contra Osasuna y el Espanyol. Cierto es que las dos citas recientes también han alimentado las dudas de un equipo que, para tratar de afinar con justicia, no está siendo esta temporada lo brillante que la pasada; pero aún así sacaba los resultados.

En el mundo del fútbol, por más vueltas que se le dé a tácticas o motivaciones, los futbolistas siguen siendo los protagonistas de este juego. Tan simple como que a más jugadores de nivel, más opciones de éxito. Al Betis de las últimas semanas le ha faltado Fekir, el mayor constructor y punto de desequilibrio ofensivo, su goleador Juanmi, y hasta Álex Moreno. También momentos de forma.

La marcha de Álex Moreno, por mucho que se pueda entender que 'solo' se trata de un lateral, es trascendente en lo deportivo para el funcionamiento del Betis de Pellegrini. No hay más que ver el rendimiento del catalán en los últimos años y su producción ofensiva. No sería justo en estos momentos tampoco exigirle a Abner las mismas prestaciones recién llegado. El tiempo dirá. Luego también entran momentos de forma de futbolistas como Canales, capital en este Betis.

Claro que las ausencias tampoco deben eximir al Betis del necesario paso adelante que debe dar. En lo colectivo, con la mejora y ajuste para volver a ser ese equipo vertical y efectivo en el área contraria, pero también individual con la recuperación de efectivos y la mejora de rendimientos. Ya se vio la capacidad que tiene este grupo magistralmente dirigido por Manuel Pellegrini. Se trata de recuperar.

La segunda idea es no perder la perspectiva. Asumidas las decepciones recientes, el panorama del Betis lo deja sexto a poco de cerrar la primera vuelta y en los octavos de final de la Europa League. Una posición que le permite soñar y, sobre todo, ambicionar con seguir dando alegrías a su afición. Retos tiene por delante.

Para empezar el mero hecho de por primera vez en la historia encadenar tres clasificaciones europeas seguidas. Nunca lo ha hecho hasta ahora, con dos veces en las que sumó dos. Luego mejorar en la Europa League, con el tope histórico de los octavos de final. Incluso el premio gordo, en estas últimas semanas más lejano por las sensaciones pero no imposible, de meterse en la Champions League.

El Betis está en el lugar justo para resetear y apostar por otra temporada ilusionante. Necesita de la mejor versión del equipo, claro que sí, también saber en qué condiciones quedará la plantilla que tenga a sus órdenes Pellegrini después de salir del mes de enero y su mercado. Si se marchan más futbolistas claves, o si llegan elementos que ofrezcan más alternativas a un equipo que, eso sí, mejoraría con más profundidad de banquillo y más peso para las rotaciones. 23 de enero, vaso lleno o vacío. Reflexión, autocrítica y ambición.