Pellegrino, a las puertas de una final

Mauricio Pellegrino tomó el testigo de Unai Emery como entrenador del Valencia CF en el verano de 2012, tras cuatro años en el banquillo del técnico de Hondarribia. La apuesta, sin embargo, no funcionó como se esperaba, y la experiencia duró tan solo hasta diciembre. Tras caer en Mestalla por 2 a 5 contra la Real Sociedad, Pellegrino fue destituido y dejó un balance de seis derrotas, tres empates y cinco victorias en las 14 jornadas de Liga en que dirigió al equipo.

 
Su papel en Liga de Campeones fue más positivo y clasificó al equipo para los octavos de final de esa edición tras quedar empatado a puntos con el Bayern.
Hoy, más de cuatro años después, el exfutbolista del conjunto de Mestalla se prepara para su noche más importante en un banquillo, al menos en España. Si su actual equipo, el Alavés, consigue una victoria contra el Celta de Vigo, se clasificará para la final de la Copa del Rey, en la que ya le espera el FC Barcelona. Pellegrino, quien le ganó el duelo argentino de banquillos a Eduardo Berizzo en la ida, afronta esta cita trascendental con todos sus titulares y tras una racha de dieciséis partidos en los que solo perdió uno, justamente en LaLiga Santander en Vigo y sobre la campana. Pellegrino ha colocado al Alavés a las puertas de una final y lo ha asentado en una posición tranquila en su vuelta a LaLiga Santander
Su llegada al Alavés en 2016 en el regreso al conjunto vasco a Primera División ha ido acompañada de un trabajo en el que ha armonizado la experiencia de jugadores como Alexis o Toquero, con otros emergentes como el mediocentro cedido por el Real Madrid, Marcos Llorente. La tarjeta de presentación de los vitorianos en Primera fue un empate a uno con el Atlético de Madrid en el Vicente Calderón en la primera jornada y, sobre todo, la victoria a domicilio por 1-2 ante el Barcelona en la tercera, tras lo que ha logrado otros resultados meritorios como un 0-2 ante el Villarreal.
El argentino ha ensamblado un grupo homogéneo con el que ha navegado con solvencia en la Liga de momento -ocupa una tranquila decimosegunda posición- y, sobre todo, ha logrado colocar a su equipo a las puertas de una final, cosa que no se lograba en Vitoria desde los años gloriosos en los que el Alavés se coló en 2001 en la final de la UEFA ante el Liverpool de la mano de José Manuel Esnal 'Mané': la perdió por un 'gol de oro' por 5-4.
"La Liga para nosotros es como el pan nuestro de cada día, subsistimos con eso, la permanencia es la máxima prioridad. La Copa es como un postre. Pero como tenemos plantel para competir, es una gran ilusión", dijo en su día el técnico alavesista, quien ha hecho gala de su saber al gestionar una plantilla limitada para Liga y Copa a base de rotaciones propias de otros planteles más largos.