Al final apareció el matamoscas
El Valencia CF venció en Mestalla por dos goles a uno al Deportivo Alavés en el partido de ida de cuartos de final de Copa del Rey. Los vascos, mejores durante muchos minutos, se adelantaron en el marcador gracias a un gol de Sobrino desde casi 40 metros. Sin embargo, un fallo incomprensible de Sivera, que se tragó un centro chut de Guedes, y el espectacular estado de forma de Rodrigo que salió desde el banquillo, permitió a los de Marcelino darle la vuelta al marcador. Todo se decidirá dentro de una semana en Mendizorroza, dónde los valencianistas llegan con ventaja. El Alavés, lo dijo su técnico en la ida, quería ser una "mosca cojonera" y aunque costó, apareció el matamoscas que estaba en el banquillo.
De inicio Marcelino lo tenía claro y salió con todo ante el Alavés para dejar la eliminatoria encarrilada. El técnico echó mano de sus estrella para tratar de sentenciar en la ida y desde bien pronto se notó el empuje valencianista. Y aunque tanto ímpetu casi provoca un gol en contra tras una mala cesión de Montoya que sobrino no aprovechó, estaba claro que los valencianistas querían marcar por la vía rápida.
Sin embargo, el segundo susto también tuvo color albiazul. Sobrino, tras un error de Montoya y Pereira, se la ponía en la derecha a Chico Pérez quien, con una volea de derecha estrellaba el balón en el palo de la meta de Jaume.
La realidad es que al Valencia le costaba desperezarse. Un disparo lejano de Kondogbia y otro de Guedes desde fuera del área fueron el único bagaje ofensivo del Valencia en los minutos iniciales.
Al Valencia le costaba crear juego. Estaba espeso y quedó condenado a chutar de fuera porque los centros laterales no encontraban rematador y las paredes se perdían ante la imprecisión de unos y otros, en especial de Vietto. Una pérdida del argentino provocó el enésimo contraataque del Alavés y el segundo palo de Hernán Pérez tras disputarse la primera media hora de juego. Los de Abelardo, esta vez a balón parado y gracias a Guidetti, probaron de nuevo los reflejos de Jaume. La cosa, perdón, la Copa, se agriaba por momentos.
Tras el descanso el Valencia siguió intentándolo con ahínco pero sin la fluidez de las otras ocasiones. Guedes, amonestado por disputarle un balón al ex valencianista Sivera, que volvía a casa, se desesperaba, y con él Mestalla. Así que Marcelino no se esperó un segundo y en el 55 ya daba instrucciones a su punta más móvil, Rodrigo, para tratar de mover el partido y marcar algún gol que les pusiera en franquicia. Sentó a Pereira.
Una guerra sin cuartel
El partido se revolucionó, se convirtió en una guerra sin cuartel en la que parecía que el Valencia iba a salir vencedor. En el 59 Vietto a bocajarro estrelló su disparo en un zaguero vasco cuando se cantaba el gol. Mestalla pitaba ante un mal arbitraje de González González que desesperó a todos y expulsó al hijo de Marcelino.
Abelardo sentó a Guidetti y sacó a Munir mientras Rodrigo culminaba el acoso mandando a las nubes un buen centro de Parejo.
Sin embargo, cuando mejor estaba el Valencia, Sobrino se sacó un disparo desde 40 metros que se coló cerca de la escuadra de un Jaume que, por mucho que se estiró, no llegó a sacarla. Golazo y eliminatoria cuesta arriba.
Guedes aprovecha el regalo de Sivera
Quedaba el recurso de Mina, el más eficaz desde el banquillo, que saltó al campo en el 70' por un impreciso Vietto. Y así fue, al instante siguiente Guedes se sacaba un centro chut raro desde la derecha y Sivera, traspasado este verano al Alavés, se la tragaba incomprensiblemente.
No contento con ello, Guedes, a la siguiente jugada se regateaba a Diéguez, que sólo lo podía parar con una nueva zancadilla. Era la segunda tarjeta y el defensor vitoriano se fue al vestuario antes de tiempo.
El Valencia insistía y el pichichi Rodrigo culminó la reacción al hacer buena una asistencia de Mina a la salida de un córner sacado en corto. El gallego ponía el pase filtrado dentro del área y ahí, el internacional español, más listo y más rápido que ninguno, lograba el 2-1.
El duelo se convirtió en un toma y daca constante pero ya no se movería el electrónico aunque González González añadiera cinco minutos
El Valencia se jugará el pase en Mendizorroza con la ventaja de un gol y el aviso de que el Alavés en efecto podía ser una "mosca cojonera" como dijo Abelardo en la previa. Por fortuna, el Valencia tenía un buen matamoscas en el banquillo.
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