Víctor Baldo: “En la Escuela de Tecnificación femenina se transmite pasión por el baloncesto”
Dos Ligas Nacionales, un Campeonato Panamericano, una Liga Sudamericana, un Campeonato Sudamericano con la selección y un Torneo Copa de Campeones en Argentina. Una Copa Príncipe, dos ascensos en LEB Oro y un subcampeonato ACB, competición en la que jugó hasta en 4 equipos diferentes, en su paso por España. Víctor Baldo, fue un claro ejemplo de Cultura del Esfuerzo a lo largo de su carrera como jugador y en sus estudios en gestión de entidades e instalaciones deportivas y organización de eventos. Ahora trata de transmitirle esos valores a su hija.
“Ema deseaba realizar una experiencia fuera de Canarias que además de ofrecerle un gran crecimiento a nivel técnico, fuera enriquecedora en lo personal. No dudé que fuese la Escuela de Tecnificación de Valencia Basket, conozco personalmente a las personas que llevan el proyecto de L’Alqueria, desde Chechu, Esteban y Andreu a Manolo Real, que organiza el campus y sobre todo a Rubén Burgos, quién me confirmó todo lo que pensaba y además de impartir una sesión de entrenamiento, me dijo que tenía estrecha relación porque así es la forma de trabajar de todos” explica el de San Nicolás. El cuerpo técnico de la Escuela, le acabó de convencer. “Me explicaron que vendrían Jordi Vizcaíno y Gloria Estopà, que se sumaban a un gran equipo técnico propio del club. Charlas casi todos los días de nutrición, inteligencia emocional, entrenamiento invisible, además de entrenamientos en L’Alqueria” comentaba.
La Escuela no deja de evolucionar, y su hija lo ha disfrutado en primera persona. “Lo primero fue hablarme de la convivencia y lo bien que se lo pasaba con las compañeras que iba conociendo. Que lo técnico le motivaba mucho porque sentía un apoyo constante a todas y cada una, mientras que los ejercicios eran de un nivel muy exigente. Que a pesar del alto ritmo, terminaba con más ganas de las que empezaba el entrenamiento. También alguna anécdota graciosa, se ha divertido mucho” reconocía.
El propio Víctor Baldo se ha acercado a seguir las evoluciones de Ema en su primera participación. La sensación es muy positiva. “Por un lado está el nivel técnico con un equipo de alto nivel que se coordinó desde el primer momento. Pude reconocer que compartían continuamente sus conocimientos para así potenciar su labor formadora hacia las niñas y que sea asimilado por todos los colaboradores, es decir, una formación paralela de los monitores que no dudo que sigue cuando las niñas están en sus ratos libres. Trasmitían pasión, que es la mejor forma de enseñar, el ejemplo. En otro aspecto las charlas son importantísimas porque les ayuda en lo mental y en su salud para que adopten buenos hábitos” analizaba.
Para él, uno de los puntos fuertes es el trabajo en la casa del baloncesto europeo de formación. “Las instalaciones son las mayores dedicadas al baloncesto formativo y han sido pensadas especialmente para tal fin. Las pistas de entrenamiento, cada una con sus propios vestuarios rodeando el área de gimnasio, servicios médicos, fisioterapia, salas de reuniones, y demás sectores, quedan perfectamente integradas. Se puede realizar cualquier tipo de actividades, y combinando varias al mismo tiempo sin que interfieran. El proyecto de L’Alqueria produce un efecto más allá de las posibilidades físicas de la instalación, porque se ve el máximo esfuerzo para conseguir los propósitos: dar todo para que lleguen los valores del deporte a cada joven que realice una actividad y las condiciones necesarias para su máximo desarrollo en el baloncesto” expresaba. Por todo ello, Víctor Baldo espera “que Ema participe en las próximas ediciones” y lo recomienda “plenamente” a todos.