El coronavirus y el caso de Tabarca, la isla poblada más pequeña de España
Ninguno de los 72 vecinos de Tabarca, la isla poblada más pequeña de España, se ha contagiado por la covid-19 pero esta minúscula isla de 0,3 kilómetros cuadrados situada frente al cabo de Santa Pola no ha pasado antes de fase de desescalada porque está dentro del municipio de Alicante, y va al mismo ritmo de la ciudad. Durante la cuarentena por coronavirus, cada viernes ha sido abastecida de víveres por una embarcación y, además, otro barco ha hecho el servicio de taxi los martes por la mañana para un máximo de media docena de personas por semana.
La Graciosa, el espejo en el que se miran
Los habitantes de Tabarca, la isla poblada más pequeña de España, se miran en el espejo de la canaria La Graciosa para reivindicar una conexión marítima regular y diaria con la península que favorezca la movilidad de sus vecinos y ayude a desestacionalizar la llegada de visitantes.
La Graciosa es una de las cuatro islas que ya ha pasado a la fase 2 de desescalada de la covid-19 y es la referencia de los 72 vecinos de Tabarca para mejorar sus comunicaciones por barco.
La isla canaria cuenta desde hace 14 años con enlaces diarios por mar con el puerto de Órzola, en Lanzarote, con un precio para el turista y otro subvencionado para los residentes y trabajadores. Y en ese periodo, La Graciosa "se ha regenerado" multiplicando por tres su población (ahora de entre 600 y 700 habitantes) y abrir un colegio de primaria, dos supermercados y otros comercios para atender a ciudadanos que trabajan y viven a uno y otro lado.
La presidenta de la asociación de vecinos Isla Plana de Tabarca, Carmen Martí, viajó hace cinco años allí para tomar nota y desde entonces se reclama un transporte regular con Santa Pola, por ejemplo de tres conexiones al día en torno a las 7 horas, al mediodía y por la tarde.
Para ello, los vecinos han escrito al síndic de Greuges (defensor del Pueblo valenciano) y han logrado el apoyo en Les Corts Valencianes pero han pasado los meses y los años, y la consellería de Movilidad de la Generalitat aún no ha concretado este servicio que es "esencial" para los tabarquinos, según Martí.
Esta dirigente vecinal ha explicado a EFE que esta conexión diaria con Santa Pola (a 7 kilómetros) facilitaría que los residentes en la península puedan trabajar en la isla y viceversa. "Queremos un transporte regular con la isla para los residentes y vecinos durante todo el año porque hay que garantizar la movilidad como ocurre en todas partes", ha subrayado Martí, que sabe que el proyecto para instaurar la línea ha sido redactado y que solo queda el "empujón" final de la Administración, que sin embargo no termina de llegar.
"Pedimos a la Generalitat que llegue a un entendimiento para abrir el servicio o que adjudique ya esta línea porque nos sentimos abandonados", ha incidido.
Sin barco diario a Tabarca
En el contexto de la crisis sanitaria por el coronavirus, se acaba de abrir la fase 1 en la isla pero, por la carencia de esta conexión, "no hay barco para moverse, para ir a comprar, a trabajar o a hacer gestiones a la península".
Además, sin esta línea para el transporte de personas, tampoco tiene sentido que los hosteleros de la isla abran sus establecimientos, la mayoría con amplias terrazas, ya que no ha posibilidad de visitantes: "Necesitamos la conexión cuanto antes", ha repetido la presidenta de los vecinos.
Fuentes de la Dirección General de Puertos de la conselleria de Movilidad han señalado a Efe que la embarcación "tabarquera" contratada para que los vecinos puedan acudir a comprar durante la covid-19 continuará una vez pase el estado de alarma.
Tabarca es conocida por sus aguas cristalinas (es la reserva marina más antigua de España, de 1986), las cuales albergan la mitad de las especies de flora y fauna del Mediterráneo, unas 7.000, a lo largo de unas 1.400 hectáreas sumergidas, muchas de praderas de posidonia oceánica.