Alemany, Marcelino y hasta Longoria, cualquier tiempo pasado fue mejor
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Pablo Longoria, nuevo presidente del Olympique de Marsella
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Mateu Alemany reaparece en escena acompañando a Laporta: "colaboraremos juntos"
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El Athletic de Marcelino se postula para la final
Los éxitos de Alemany, Marcelino y Longoria en contraposición con la realidad deportiva del Valencia CF y el partido que se marcó el equipo en Getafe, escuecen a la afición valencianista y con razón. Casi cualquier tiempo pasado fue mejor antes que Lim e incluso hasta cuando el máximo accionista hizo las cosas con cierta lógica. Es duro echar la vista atrás y preocupante mirar hacia adelante. Hagámoslo.
Empecemos por partes. Aunque a Pablo Longoria. Vicente Rodríguez lo retrató en su día ("Longoria me engañó como a un chino, es un cobarde y un impresentable") y del Puñal de Benicalap me fío; es evidente que su trabajo lo hace bien. La última prueba es que ha sido nombrado recientemente presidente del Olympique de Marsella, club que hasta la fecha lo tenía como director deportivo.
Su elección y su regreso a la primera línea de actualidad del panorama valencianista llega horas después de que Mateu Alemany reapareciera en escena junto a Joan Laporta, el favorito para ser el próximo presidente del FC Barcelona y, por tanto rival de los valencianistas en breve. Duele y preocupa ese movimiento. Tener a un directivo así buscando jugadores y gestionando en un rival es un peligro potencial. Piensen por ejemplo si el Barça finalmente apuesta por Gayà...
Marcelino García Toral, el último campeón de Copa, despedido de forma abrupta e injustificada tras ganar el trofeo, completa este particular 'triduo pascual' que atosiga a la afición y le hace recordar que estuvieron aquí, llevaron al club a sus cotas más altas en la última década y se fueron por la puerta de atrás maltratados por Peter Lim, Meriton Holdings y Anil Murthy. El técnico asturiano, vigente campeón de la Supercopa y con opciones de repetir el éxito con el Athletic Club ante un Levante enchufado y lanzado (y favorito para mí), es la viva imagen de la felicidad, justo lo contrario de lo que pasa en el valencianismo.
Aquí pasa lo contrario. Y ojo, que esto empecé a escribirlo antes de una nueva debacle en Getafe. En Valencia la ilusión da paso a la rabia; la alegría de los ex, se convierte en Valencia es frustración por lo que hay y rabia, mucha rabia por lo que pudo ser y no fue. Las decisiones de Lim cortaron un proyecto que, sin duda, no había alcanzado su techo.
Dicho esto, echar la vista atrás para nada no tiene sentido. Vale sólo si aprendes la lección y la aplicas y, desde mi punto de vista, en el presente del Valencia CF sólo caben dos caminos: que Peter Lim venda y deje la gestión en manos de otros o, en su defecto y hasta que eso suceda, que haga cambios y ponga el club en manos de profesionales deportivos y `ponga el dinero para que, aunque haya ventas, el equipo sea competitivo y dé a la afición las alegrías que merece. Por lo que me temo, habrá ventas y tocará seguir sufriendo otra u otras temporadas en el infierno.
Extrapolo este pensamiento también al ámbito económico y social. En breve nos enteraremos del plan que Murthy le presenta a Ximo Puig por el Nuevo Estadio. Y a partir de ahí, todo lo demás. Feliz semana.
David Torres
Delegado ElDesmarque en Valencia