El Wanda Metropolitano acaba silenciando a un Valencia ladrador y poco mordedor

En una noche fría, muy fría, en la capital española, el Valencia CF aterrizaba en el Wanda Metropolitano con la idea de conquistar una nueva plaza. Con tan solo tres grados de temperatura, la entrada sí favorecería al equipo visitante ya que no se iba a llenar, ni mucho menos, el feudo 'colchonero'. Se podía observar desde una hora antes muchas prendas de abrigo que, quizás, hasta podrían ser escasas en el tramo final de encuentro. Los gorros, guantes y bufandas abundaban en una grada que ya no se siente igual que la del Vicente Calderón, pero casi. Aún así, envidia sana la del Valencia por ver como un rival directo histórico sí es capaz de mudarse de casa y hacerse un estadio a la altura de su entidad.

Antes de empezar el partido, se dio paso a la animación previa con luces y sombras que, al compás de la música, desvelaron un espectáculo tremendo, capaz de motivar a cualquier seguidor del Atleti. Tanto fue así, que los del 'Cholo' salieron bien plantados, aunque la grada más aún. En los primeros 10 minutos se sucedieron los cánticos a favor del técnico argentino los cuales retumbaron en la Avenida Luis Aragonés. El Frente Atlético no cesaba los cánticos, salvo cuando atacaba el Valencia. Enmudeció el Metropolitano con la triangulación de Lato, Guedes y Musah.

Primer tiempo

Sin embargo, el primero en pagar los platos rotos fue Thierry Correia. El luso se llevó una sonora pitada por echar el balón hacia la grada con desgana y la afición rojiblanca no se lo pasó. El colegiado, Díaz de Mera, fue vigilado con lupa a lo largo de todo el encuentro. Cada decisión que perjudicase los intereses rojiblancos iba a ser pitada de forma estruendosa. A pesar de ello, el peor gesto de los primeros 45 minutos iba a estar protagonizado por la grada mencionada anteriormente en el minuto 17. Tras una pequeña tangana entre los futbolistas de ambos conjuntos, el Frente Atlético optó por corear "Puta Valencia" hasta en cuatro ocasiones. El resto del estadio no se sumó en ningún momento a esta vergonzosa actuación.

Unos minutos después, el Valencia decidió echarle más picante a la herida del Atlético de Madrid. La jugada individual de Yunus que terminó por ser el primer tanto del encuentro, supuso un jarro de agua fría en la grada que enmudeció de inmediato. Los valencianistas desplazados hicieron el ruido que pudieron, aunque fueron rápidamente silenciados con un "Atleti, Atleti, Atlético de Madrid." Tan duro fue el mazazo para los 'colchoneros' que, en el minuto 30, se empezaron a oír los primeros aunque tímidos pitos hacia los jugadores de su equipo.

De nuevo, la grada situada detrás de Oblak en el primer tiempo volvió a cargar contra el Valencia con el mismo cántico deplorable. Todo después de una caída en el área de Alderete que fue también insultado. A partir de este momento, tanto el colegiado como cada jugador blanquinegro que cayese al suelo iba a ser fuertemente castigado por la afición. El Atlético de Madrid estaba recibiendo de su propia medicina y en la grada eso no sentó bien. Sin mucho más que añadir, y un ambiente venido a menos, se llegó al término de los primeros 45 minutos.

La segunda parte

Al comienzo del segundo tiempo, el ambiente se mostró a la par que la temperatura: muy frío. La grada de animación seguía empeñada en levantar el ánimo de sus futbolistas y minar la moral de los valencianos. Pero nada más lejos de la realidad, los hombres de Bordalás salieron con carácter y buen posicionamiento. El objetivo era evidente: proteger el botín contra todo y contra todos.

El Valencia no se amedrentó y fue creciendo poco a poco en la segunda parte. Se vio un equipo más maduro y con capacidad para aguantar el resultado; hasta que cayó el gol del otro lado. El Wanda Metropolitano resurgió como el ave fénix y se reenganchó al partido con el tanto del delantero brasileño. Lato fue el primero en pagar los platos rotos con una amarilla y, desde ahí, el resto.

La comunión equipo-grada volvió de forma orgánica y el Valencia lo empezó a sentir. Estaban ganando en una de la grandes plazas, más concretamente, en una que todavía no habían conquistado. Los futbolistas del Atlético de Madrid le recriminaron a los del Valencia su pérdida de tiempo en los cambios; y la grada también.

Los minutos pasaban y el Valencia sufría. Bordalás no cesaba en las correcciones pero seguían habiendo muchos errores. El cambio de sistema tras las sustituciones afectó también a la imagen del equipo, que empezó a mostrarse endeble. El Atleti quería más, mucho más, y al Valencia le bastaba.

El Wanda Metropolitano terminó tumbando al Valencia

Una de las grandes tareas pendientes era cotizar los tres puntos ante alguno de los primeros siete clasificados de la competición. Tan solo el RCD Mallorca lo había conseguido en LaLiga Santander esta temporada. Pero el Valencia se desapuntó rápido de la gesta que estaba logrando. Mientras el cuarto árbitro sacaba el cartelón, el Atleti ponía el empate en el luminoso. El Wanda estalló, casi de verdad, y la explosión cogió al Valencia en el medio. En solo dos minutos, la grada levantó a sus jugadores y los puso por delante en el marcador. Los futbolistas rojiblancos fueron a la grada a celebrarlo, hermanados, como siempre.

Y en frente, el Valencia CF, sobre la lona tendido pidiendo ayuda. Se había escapado una oportunidad de oro para hacer historia. Pero no, una vez más, la moneda cayó del otro lado. Tanto va el cántaro a la fuente que al final se acaba cayendo. Y tanto tentó a la suerte el Valencia en el segundo tiempo que acabó perdiendo. Ni más, ni menos.