El Valencia 2022-23 precisa una reconversión de plantilla como la de Marcelino

El verano del Valencia CF apunta ser tremendamente complicado. Después de tres temporadas sin clasificar a Europa en LaLiga Santander, las consecuencias económicas de ello crecen de forma exponencial y el club deberá vender mucho y bien. Lo que está claro, más allá de nombres, es que el club de Mestalla necesita una gran reconversión. Y si se habla de reconversiones, a muchos valencianistas les puede venir a la cabeza la que se produjo en el verano de 2017 tras quedar dos campañas consecutivas en la duodécima posición. De la mano de Marcelino y Mateu Alemany, se logró hacer un gran Valencia CF.

Claro está que la situación no es la misma, pero quizás pueda servir de reflejo. Aquel verano, se dio salida a jugadores que no encajaban en el vestuario: Enzo Pérez, Negredo, Piatti... En total, más de 10.

Por contra, se realizaron incorporaciones que, sin costes altos, subieron el nivel de la plantilla, muchos de ellos consagrándose con el paso del tiempo. Desde las cesiones de Guedes (un joven de Mendes que apenas había jugado en la élite) o Kondogbia (un descarte del Inter) a fichajes como el de Neto, Gabriel Paulista o Coquelin. Este último, en el mes de enero. En aquella reconversión, los jugadores que llegaron no dejaban de ser descartes de equipos grandes. Quizás, este sea el espejo donde deba mirarse el Valencia CF para este verano que va a ser complicado.

¿Qué quiere Gattuso?

Gennaro Gattuso, en su presentación, dio algunos detalles del mercado y los jugadores que quiere: "Hemos hablado un poco de nuestra forma de enfocar el equipo. Queremos empezar a jugar desde abajo, pero sobre todo de que queremos jugadores que tengan ganas y fuego dentro, que quieran ganar, apostar por todo, jugadores que crean que jugar en el Valencia es como jugar en el Barça o el Madrid... Me gustaría poder jugar con futbolistas que han fracasado, con perfil perdedor y que cree en este equipo".

Sobre nombres, apuntó lo siguiente: "Hemos hablado de la posición de jugadores, pero no de nombres. Ahora, es difícil hablar de nombres. Lo que me ha gustado es que Peter Lim me ha escuchado lo que necesita el equipo, cómo quiero jugar y cuál es la dirección que tenemos que seguir: un camino funcional. Si no son grandes nombres, mejor. Es muy fácil entrenar con gente de renombre y es un gran reto. Lo hemos hecho con una pizarra grande, un asistente se dedicaba a escribir y yo dictaba. Después de una hora, a Peter le gustaba lo que le estaba contando. Después de dos horas, más".