La discreción de un futbolista diferencial

Si durante una temporada tan mala como ésta en el Real Valladolid un activo es llamado por otro club significa que fuera de las paredes del Nuevo Estadio José Zorrilla se valora la calidad de dicho jugador. André Leão, uno de los jugadores más diferenciales de este proyecto, recibió una oferta durante el pasado mercado invernal pese a la discreta campaña que estaba firmando.

 
El jugador portugués, uno de los únicos dos jugadores con los que el Pucela supuestamente cuenta para la próxima temporada 2016/2017, no ha podido mostrar su fútbol como sí hizo la pasada campaña. Pese a ello, sigue disfrutando de un buen cartel que ha provocado diferentes llamadas de interés.
Con una actuación de '8' muy discreta, el Pucela ha notado un bajón en el centro del campo. Aquel futbolista señalado para marcar el juego blanquivioleta y ser decisivo en los últimos metros no ha estado todo lo acertado que se le exige. Ha sido secundario y no ha rozado el protagonismo que se esperaba de él. Pese a ser vital en la propuesta de Gaizka Garitano en el inicio de la temporada y tener una gran relevancia en los diseños y planteamientos de Miguel Ángel Portugal y Alberto López, André Leão nunca ha estado a la altura de su calidad.

El más usado

No ha llegado a su techo y no ha sido por falta de oportunidades. Con la disputa de 2.204 minutos, repartidos en 31 partidos, el portugés ha saltado al terreno de juego siempre que no ha estado lesionado o sancionado. Es cierto que ha sufrido percances físicos importantes y que éstos han podido limitar su puesta en forma. De igual forma, la sanciones han frenado su mejora. Hablar de André Leão es hacerlo del jugador con más amonestaciones de la temporada. Las 11 cartulinas amarillas vistas le han significado dos encuentros de sanción y muchos condicionantes para los tres entrenadores que ha tenido.
En definitiva, diferentes obstáculos no ha dejado ver al jugador diferencial que Braulio Vázquez firmó para estrenarse como director deportivo en Valladolid. Un futbolista de otra categoría que no se ha terminado de adaptar a Segunda y que deberá intentar salir de ella a la tercera opción de subir. Es de los pocos activos que seguirán en Zorrilla con la llegada del proyecto de Paco Herrera y debe demostrar por qué lo hace.
Pese a que su juego no haya sido el decisivo, el futbolista tiene el visto bueno de la dirección deportiva y del cuerpo técnico. Todos confían en él para que pueda aportar ese fútbol por el que diferentes equipos de Portugal querían su fichaje hace dos veranos y por el que todos los mercados hay llamadas en las oficinas de Zorrilla. Uno de los jugadores más utilizados en las dos últimas temporadas debe hacerse un hueco en la categoría. El equipo lo necesita. Al Real Valladolid le urge y a él, también. Con 30 años debe dar el salto definitivo a su juego.