El Pucela, contra la historia y El Sadar

Año nueva, vida nueva. O eso es lo que necesita el Real Valladolid si quiere seguir aspirando a la zona noble de LaLiga 1|2|3. Ganar lejos del Nuevo Estadio José Zorrilla fue la asignatura pendiente de los pucelanos en todo el año 2017 y, en especial, con Luis César Sampedro en el banquillo, ya que en la presente campaña únicamente se ha conseguido un triunfo y hay que remontarse a la segunda jornada del curso, en el feudo del Sevilla Atlético. Por si fuera poco, los blanquivioleta inaugurarán 2018 en un estadio históricamente desfavorable a sus intereses: El Sadar del Club Atlético Osasuna, donde se ha ganado una vez de las últimas 11 visitas a lo largo de más de 15 años.

 
Cuatro victorias rojillas, seis empates y uno ganado para los pucelanos es el balance completo de los últimos duelos entre Osasuna y el Real Valladolid en suelo pamplonés. Si bien es cierto que aquel triunfo blanquivioleta es más bien reciente, ya que tuvo lugar en la temporada 2012/2013, con Miroslav Djukic en el banquillo y ambos conjuntos en Primera División tras el ascenso con el técnico serbio. En aquella ocasión, un solitario gol del díscolo Patrick Ebert en el minuto 83 fue suficiente para que los tres puntos volasen a Valladolid. Desde entonces, sin embargo, un empate en la visita siguiente y dos derrotas en los precedentes más recientes.
No obstante, el Club Atlético Osasuna no se está mostrando tan fiable en casa este año como acostumbra en las últimas campañas. De hecho, si solo contabilizasen los puntos cosechados en el Estadio de El Sadar para la clasficación liguera, los rojillos serían séptimos por la cola con 14 puntos de los 27 que ha habido en juego, merced a un balance de tres victorias, cinco empates y tan solo una derrota (AD Alcorcón). Además, los de Diego Martínez encadenan cuatro jornadas como locales sin sumar los tres puntos y para encontrar el último triunfo hay que remontarse hasta el 12 de octubre (1-0 frente al Albacete Balompié). Una fiabilidad en el presente que nada tiene que ver con el rendimiento histórico de los pamploneses frente a los pucelanos.