Resaca del ascenso en Pucela deja futuro despejado para club casi nonagenario
Valladolid, 16 jun .- El Real Valladolid, que cumple el miércoles 90 años, regresó este fin de semana a Primera revestido de la indumentaria de equipo "arrollador" pero lo más importante es que ahora el futuro del club se presenta muy despejado, casi esplendoroso, con una base de la plantilla hecha y una deuda amortizable con los nuevos ingresos.
El equipo terminó la temporada siendo una roca en defensa y un ciclón en ataque. El sábado se consumó todo pero este ascenso es producto de la aparatosa mutación tras la llegada de Sergio González al banquillo, cuya continuidad está garantizada por contrato.
Nada hacía presagiar semejante transformación pero son Sergio se tocó la tecla oportuna y se afinó el piano entero. La situación es sólo comparable a lo que sucedió en Valladolid hace veinte años cuando Vicente Cantatore llegó para sustituir a Rafa Benítez y de ahí nació el Europucela.
El Valladolid no pasará a competir en Primera con un "a ver qué pasa". Mantendrá la base de una plantilla con jugadores de la cantera y un empuje tan aparente como real. Es un grupo unido al que le ha juntado muchísimo sufrir, ya que la temporada no ha sido nada fácil. Sin embargo, esa repetida frustración tras muchos partidos que le remontaron en la etapa de Luis César en el banquillo, la ha "trocado" en rabia el equipo en las últimas jornadas. Energía extra.
Ese plantel solidario y trabajador se mantendrá en gran medida, según ha apuntado a Efe el director deportivo de la entidad, Miguel Ángel Gómez. "Veníamos trabajando en un plan para Primera y otro para Segunda pero, en cualquier caso, no habrá ninguna revolución en la plantilla porque hay muchos jugadores con contrato", ha precisado
El mayor problema que tendrá Gómez será encontrar un sustituto de garantías para el goleador Jaime Mata (35 tantos), que cumple contrato el próximo 30 de junio y que se marchará al Getafe.
Y una de las mayores ventajas que tiene el responsable del aspecto deportivo es que hay tres jugadores de la cantera muy consolidados en la plantilla. Fernando Calero, Toni Villa y Anuar Tuhami vivieron el último ascenso del lado del aficionado o como recogepelotas en algún caso. Esta circunstancia aporta un plus y le deja "un poso" importante al equipo en una mezcla justa con futbolistas veteranos.
Especial es el caso de Borja Fernández (37 años), que también continuará tras cumplir su tercera etapa en Valladolid adonde ya regresó en la campaña 2015/16 para irse con mal sabor de boca después de que el equipo coqueteara con el descenso a Segunda B.
En los casos de los cedidos Pablo Hervías, Borja Herrera, Gianniotas, Toni Martínez, Javi Ontiveros son jugadores que, en principio, volverán a sus clubes de procedencia pero el rendimiento de alguno de ellos hace que el club se plantee una repesca.
En el aspecto económico, el presidente, Carlos Suárez ya ha apuntado que la mayoría de los ingresos de la próxima temporada, que se disparan en el aspecto de los derechos de televisión, se empleará en amortizar una deuda que alcanza los 25 millones de euros.
Cuatro temporadas en Segunda dejan heridas en la economía pero el salto económico ahora, a dos días de que el club sople 90 velas, es de los que cambian completamente el paisaje.
Además, el club ha logrado escapar de Segunda División antes de una temporada en la que una docena de clubes históricos pelearán por el ascenso, lo que convertirá ese objetivo en algo durísimo.
Por último, el sedimento que queda de estos días es que la afición se ha enganchado de nuevo, y de qué manera. Ha llenado tres veces consecutivas el estadio Zorrilla y ayer más de 30.000 personas se echaron a la calle para celebrar un ascenso que, como ha tardado en llegar, era, si cabe, más deseado. Valladolid ha vuelto a colocarse en el mapa del fútbol. Pucela está de vuelta.
