Joaquín bien vale una salvación
El Real Valladolid necesitaba un golpe más sobre la mesa para conseguir la salvación en LaLiga Santander. Una victoria más dejaría el objetivo más que encarrilado. Dos, es cierto, lo certificarían matemáticamente. Los últimos resultados de los rivales directos esclarecían, además, las opciones de permanencia de un equipo que, tras un soporífero encuentro en el Nuevo Estadio José Zorrilla ante el Deportivo Alavés, toca su objetivo con la punta de los dedos.
Tras un partido muy flojo en todas las posibilidades pucelanas, un tanto de Joaquín Fernández en el tramo final bien vale la continuidad del Pucela en Primera división. Pese a no ser matemática la salvación, los blanquivioleta dieron el golpe definitivo sobre la mesa en un encuentro plano, sin ocasiones, pero en el que un error del rival provocó una opción que dio la jugada redonda, la que necesitaba y pedía el Real Valladolid
Quejándose Sergio González tras el empate (0-0) ante el Levante UD que el equipo necesitaba ganar un duelo en los instantes finales, el gol de Joaquín vale para hacerlo, conseguir una victoria de prestigio, rozar la salvación y quitarse el mal regusto del último duelo. Una victoria perfecta en un encuentro con un juego para olvidar.
Doble oportunidad
La previa dejaba una nueva oportunidad de lujo para el Pucela. Los de Sergio, picados por la opción perdida ante el Levante, con una buena segunda parte y, sobre todo, tras el penalti marrado en el minuto 96, recibían la visita del Deportivo Alavés sabiendo que el encuentro era una doble oportunidad. La posibilidad de resarcirse llevaría la de conseguir un importante paso para la salvación.
Era una alternativa de renombre a la que Sergio acudió con la idea de siempre. La doble punta dibujada devolvía al Real Valladolid a 'su' esquema y a parte de sus problemas. Con muchas dificultades para combinar y llegar hasta Sergi Guardiola y Miguel de la Fuente, los primeros 45 minutos se definieron desde el sopor más absoluto. Sin ideas ni respuestas, pucelanos y vitorianos regresaron al descanso con la novedad de la lesión de Rubén Duarte y la confirmación de que Miguel es diferente. En todos los sentidos.
El ímpetu del '29' para robar un balón que había perdido tras una jugada llena de ambición y exceso de celo fue la mejor noticia de un primer acto trabado, lento y sin chispa. Pasó tan poco en los primeros 45 minutos que el respeto al profesional robaba la posibilidad de pensar que ambos equipos daban por bueno el empate desde antes del pitido inicial del aragonés Jaime Latre.
Zorrilla, en cuarentena de juego
Sin regularidad en el juego, las faltas se hacían las grandes protagonistas de un encuentro lento, sin dominador claro y en el que nadie destacaba. Nadie. Ningún jugador. Nuevamente, el Estadio José Zorrilla veía la peor imagen de un equipo al que sólo ha visto anotar un gol en más de 300 minutos y que fue desde los 11 metros.
Sin darle importancia a jugar en casa o fuera, como Sergio destacó en la previa, el partido estaba suponiendo la enésima confirmación de poca ambición de juego del Real Valladolid. Pudiendo ir poco a poco y sin arriesgar, Sergio se siente seguro, como mostró su idea en el partido y cómo marcaron su cambios. El rival, en una mala dinámica y con el puesto del entrenador colgando de un hilo, tampoco quiso arriesgar y así se entendió el sopor que se vivió en el encuentro, aunque terminase con victoria local.
Mínima mejora con los cambios
Pese a que las tres primeras sustituciones dieron cierto aire fresco al equipo al colocar dos extremos para abrir el campo, situando a Óscar Plano en la izquierda y a Waldo Rubio en la derecha, y fijando el área con Enes Ünal, el Pucela dio un mínimo paso al frente ante un rival con dudas y pocas ideas. Demostrando por qué está cómo está, el Deportivo Alavés no intimidó a Jordi Masip.
Los vitorianos no apretaron y los blanquivioleta, tampoco mucho. Nuevamente era un duelo de detalles y, en uno de ellos, el Pucela fue mejor y se llevó los tres puntos. Un balón suelto en el área fue aprovechado por Joaquín Fernández para anotar un gol que puede ser historia en el Real Valladolid. Sin alardes, sin bellezas y sin estridencias, como es su juego y como está definiendo su paso por Zorrilla, el '24' sumó el gol más importante de su carrera en un encuentro que, dentro del sopor incalculable del juego, propuesta y evolución, saca a Zorrilla de su cuarentena de fútbol.
Este tanto de Joaquín hará olvidar el mal partido del Pucela y la pobre imagen que dejaron vallisoletanos y vitorianos. Pese a todo ello, el encuentro supone un paso de gigante para los blanquivioleta en su luchar por seguir un año más en LaLiga Santander, algo que ya tocan con la punta de los dedos al distanciarse con 10 puntos del descenso y quedar sólo 12 en juego.