0-1: Tres puntos más; un partido menos
No hay tiempo para descansar y, por supuesto, no hay opción para desconectar. Tras el mal sabor de boca que dejó el empate (1-1) de la visita de la Unión Deportiva Almería, el Real Valladolid visitaba el Estadio de Anduva con la necesidad de seguir sumando puntos y con la exigencia y la ambición de no perder la estela de la zona de play off. Los pucelanos debían ganar y lo hicieron, pero dejando sensaciones muy negativas y muchas dudas tras el duelo.
Tres palos en los primeros 45 minutos confirman la fuerza del equipo burgalés en un duelo que estuvo muy pronto de cara de los pucelanos, pero sólo a nivel de marcador. Si bien es cierto que el tanto de Álvaro Aguado a los tres minutos parecía marcar el camino, el partido se complicó y se hizo muy difícil hasta su final en el minuto 98.
Entre el gol del jienense y el pitido final transcurrieron más de 90 minutos, tiempo suficiente para ver sufrir a un Real Valladolid que mostró su peor cara. Los blanquivioleta estuvieron a merced del rival en muchos momentos del juego pero, ante todo, no consiguieron mostrar su mejor cara ni, como venía siendo habitual en las últimas jornadas, llevar el partido a sus contextos de juego.
Contextos inapropiados
Roque Mesa, Álvaro Aguado, Monchu Rodríguez, Shon Weissman, Gonzalo Plata, Iván Sanchez... Mencionar uno a uno a los jugadores titulares del Pucela en el duelo es enumerar, a su vez, a futbolistas que no estuvieron cómodos en el terreno de juego de Miranda de Ebro. Pese a ello el Pucela consiguió ganar pero dejando una sensación clara de que el camino no es el visto en tierras burgalesas.
Los viajes de Pacheta a su tierra no están dejando la mejor versión ni la mejor imagen de su equipo esta temporada. En septiembre se vio, en El Plantío, un Pucela muy similar al de Anduva. Obviamente el resultado no tiene nada que ver pero el desorden, sí. Si dos términos definen el partido pucelano ante el CD Mirandés son desorden y descontrol. Una versión blanquivioleta desajustada hizo que el descanso fuese el mejor de los regalos para la afición vallisoletana desplazada.
El Real Valladolid llegaba al descanso del encuentro con la ventaja del marcador pero con una inercia negativa. El rival era superior y se sentía más cómodo en el terreno de juego. El paso por los vestuarios sentó bien al equipo pucelano que mejoró su versión en la primera media hora de la segunda parte.
Doble Pucela
Juntando líneas y sabiendo ganar segundas jugadas, los pucelanos igualaban las fuerzas y la propuesta. El encuentro pasaba a estar equilibrado y, ahí, el Real Valladolid pudo generar ventaja. Desde el primer minuto tras la reanudación, el Pucela era otro pero, a su vez, confirmaba que éste no era su día. Un mal remate de Shon Weissman en una jugada franca demostraba las dificultades de un equipo que sale con gran peaje de Miranda de Ebro.
Si bien la primera media hora de la segunda mitad ofreció un Real Valladolid mejorado en relación a la primer parte, el último cuarto de hora de juego fue el de un equipo nervioso y angustiado. Una tarjeta roja directa a Monchu Rodríguez y una amonestación que conlleva la sanción de Nacho Martínez muestran que la trigesimoséptima jornada no ofreció la mejor versión del Real Valladolid, un equipo que suma tres puntos y resta un partido. No es poco, sí, pero es insuficiente.
Si se nos ha vuelve a aparecer la Virgen de Fátima en Eibar posiblemente subamos a primera o estemos cerca. La falta de Sergio León, Plano y Toni de notan demasiado. Hoy volvimos a jugar con el Ángel de la Guardia Masip, los palos y un arbitraje generoso. Cómo podemos actuar con un hombre que toca el balón una vez en todo el partido e infantilmente la manda por encima del larguero. Sr. Pacheta decía el matador de toros el Guerra "que hay cosas que son imposibles y además no pueden ser".
Cada entrenador tiene su sistema. El de Pacheta es atacar y tener el balón. Cuando juega a otra cosa el equipo no funciona porque no saben dormir el balon o no se ha entrenado nunca, como se ha visto hoy en Miranda. Al Eibar se le puede ganar si somos nosotros mismos, porque tenemos mejor equipo. Solo falta que los árbitros nos respeten, cosa que dudo.
Pacheta, después de tantos partidos, aún no ha visto que el medio campo no defiende nada, que juega acelerado y sin control y que los contrarios llegan con suma facilidad a enfrentarse con nuestros defensas. Estaba en el estadio el entrenador del Eibar...; salvo cambio no esperado, muy difícil ganar en Eibar.
4_3_3 no funcionó cuando llegó Panceta, lo que por resultados, ausencia de juego y presión,en teoría de jugadores y ambiente, propició volver al 4_4_2.... Último tramo de temporada y no jugamos a nada desde que este señor ha vuelto al 4_3_3, Si se asciende....le habrá salido bien la cabezonería, sino....