Mouriño y el Celta piden al Concello parar el "despropósito" de Balaídos

El frente entre el Celta de Vigo y el Concello de la ciudad olívica por los asientos de la Grada de Río de Balaídos continúa abierto. Tras la visita de algunos peñistas a las instalaciones de la mano de miembros de la corporación municipal para comprobar el estado de los asientos y de que el concejal de Deportes asegurara que no se van a cambiar las bancadas, Carlos Mouriño, presidente de la entidad celeste, ha remitido una carta dirigida al alcalde, Abel Caballero, y el resto del ayuntamiento para exigir una solución.

Según informa El Faro de Vigo, el máximo responsable del Celta califica la reforma de Río como un "despropósito" que el Concello debería parar. Mouriño, en su escrito, recuerda que desde el club se intentó encontrar una solución privada al problema de las butacas de la grada reformada y que no se pudo alcanzar un acuerdo. Después del intercambio de opiniones, el presidente celeste recalcó que "recibimos con asombro que se cita a parte de las peñas del Celta para informarles de que los asientos no tienen solución y que la gente tendrá que sentarse incómodamente, solo noventa minutos según el gobierno local, y para los próximos treinta años".

Por eso, desde el club se exige "que paren este despropósito". Recuerdan que las obras "se hacen para mejorar lo que hay, aunque sea mínimamente, y no para empeorar". Recalcando una vez más la escasa distancia entre los asientos que impide sentarse con comodidad, en el escrito se incide en que en otros estadios hay una separación de entre 30 y 41 centímetros, más del doble de los 20 centímetros de distancia que existen actualmente en algunas zonas de la Grada de Río. Para el Celta "no llegar a 20 centímetros como es el

caso de Balaídos es inadmisible. Por lo tanto Río Bajo y Río Alto (con un máximo de 24 centímetros) son inaceptables por parte del club y, como pudieron comprobar, por parte de los abonados y los aficionados". De este modo, piden a la institución municipal buscar "la comodidad y confortabilidad" de los seguidores sin excusas ni intentos de confusión.

Mouriño pide a la oposición del Concello que "intenten parar este despropósito y que hagan lo máximo para que nuestros abonados tengan un espacio mínimamente cómodo, que se respete a nuestros aficionados y al club y que se pare esta reforma que no cumple el mínimo para representar a la ciudad de Vigo".

El club insiste además en que estas condiciones incumplen lo acordado en la concesión según el escrito al que se llegó "el 28 de enero de 2015". El escrito finaliza reclamando que "no echen balones fuera y respétennos. Arreglen el problema".