Bradaric deja abierta la puerta a su continuidad en el Celta: "No me importaría"
La crisis del coronavirus copa, como no podía ser de otra forma, las portadas de todos los medios, incluso deportivos. Pero tampoco se puede dejar a un lado el aspecto deportivo, válgase la redundancia. En este sentido, Filip Bradaric se ha convertido en protagonista al hablar de su futuro en el Celta de Vigo en el medio croata Sportske Novosti, donde asegura sentirse "feliz" pese a la situación extraordinaria que se vive actualmente a causa del Covid-19.
"No empecé jugando de inmediato. Estuve en el banquillo durante el primer partido, pero pronto debuté y luego todo fue más. Me siento bien, con seguridad en mí mismo. Solo falta poder volver a la vida normal lo antes posible", explicaba Bradaric, que dejaba abierta la puerta a su continuidad en el Celta una vez finalice la temporada: "No me importaría. Me siento a gusto en el club y la ciudad", aseguraba.
Para el centrocampista eslavo, el empate cosechado ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu ha sido clave para el resurgir del conjunto olívico, que hasta el parón encadenaba cinco partidos sin conocer la derrota, la mejor racha de la temporada. Un encuentro en el que Bradaric dio un paso adelante: "Es difícil decirlo, pero jugué bien, cubrí a los oponentes, dividí algunos balones. Ese punto nos dio alas y nos convenció de que podíamos mantenernos en LaLiga. Mejoramos desde entonces la posición en la tabla", señalaba.
Cuestionado por cómo está afrontando la cuarentena, el croata reconocía lo difícil que está resultando no tener a su esposa y a su hijo con él: "Deberían haber venido de vuelta ahora. Si estuviéramos juntos sería más fácil de llevar esta incertidumbre. Pero estamos continuamente en contacto. Conmigo está un amigo mío, entrenador personal, Marko Culic, que me ayuda en el cuidado del ejercicio y la dieta", sentenciaba.