406 días después el celtismo regresó a su casa
406 días después las gradas de Balaídos han podido recibir a un reducido número de celtistas deseosos de volver a disfrutar del fútbol en vivo. No era el primer equipo, era el filial, pero eso importaba poco. Más de un año después un millar de celtistas pudieron vivir la experiencia de sentarse en su butaca y no en el sofá de su casa para ver un partido. Las medidas de seguridad, las mascarillas, la toma de temperatura, el gel hidroalcoholico, todo funcionó a la perfección en el coliseo vigués, como si de un gran ensayo se tratase antes de recibir al cabeza de cartel, un Celta de Vigo que añora a su afición.
La última vez que esto había sucedido fue en un Celta-Leganés que decantó Iago Aspas con un solitario gol. Ese gol lo cantaron 19.335 espectadores, era el 22 de febrero de 2020. Este 3 de marzo de 2021 fueron muchos menos, un millar, pero sirvió para dar un paso más hacia la normalidad que las vacunas podrán garantizar para la próxima temporada o, quizás, para este final de curso.
Las gradas de Tribuna Alta y Baja acogieron a esos aficionados. Todos ellos pasaron un control de temperatura, tuvieron que limpiarse sus manos con gel hidroalcohólico y sentarse en la butaca que se les había asignado. Todo marchó a la perfección demostrando que el Celta está listo para el regreso de los aficionados a su estadio.
El Celta B no se pudo llevar la victoria y cayó 1-3 ante el Valladolid Promesas. La tarde de este 3 de marzo no pudo ser perfecta pero el regreso del celtismo al que es su hogar es la mejor de las noticias que ha recibido la hinchada celeste en los últimos meses.
Menuda vergüenza en la organización del acceso al campo. Si solo iban a abrir una puerta para cada grada podían haberlo avisado en el mail. Si envían puertas de acceso diferentes en los mails, la gente piensa que se van a abrir varias puertas. Solo hace falta ver como estaba el campo en el minuto 1 y como estaba antes del descanso. Hubo gente que no pudo entrar hasta el minuto 40 de la primera parte.