El archipiélago maldito
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Doble sesión en Tenerife antes del estreno liguero
El Real Zaragoza hará su debut en LaLiga 1,2,3 el próximo viernes frente al CD Tenerife en el Heliodoro Rodríguez López. Volverá pues al archipiélago canario, hogar de dos equipos -Las Palmas y el propio CD Tenerife- convertidos en auténticas pesadillas para el equipo aragonés en los últimos tiempos.
La más recordada, por dolorosa, es seguramente la derrota que sufrió el conjunto blanquillo en el estadio de Gran Canaria hace poco más de dos años. Fue aquel el día en el que el Real Zaragoza se quedó a tan sólo siete minutos del ascenso, pues tras la victoria en La Romareda por 3-1, el 2-0 frente a Las Palmas en la vuelta, le ofrecía al equipo amarillo la oportunidad de tornar a Primera a costa del conjunto por entonces dirigido por Ranko Popovic.
No es más que uno de los últimos capítulos nefastos firmados por el Real Zaragoza en las Islas Canarias, lugar en el que hay que remontarse en el tiempo para encontrar la última victoria blanquilla. Ante Las Palmas, y más allá del ya comentado partido de la promoción por el ascenso, los últimos resultados fueron un 5-3 en aquella misma temporada 2014-15 y una victoria en la 2013-14, 0-1 con gol de Roger; habiendo que remontarse hasta la 2002-03 para encontrar otro triunfo en territorio amarillo -también 0-1 y con gol de Yordi-.
En el caso del rival del próximo viernes, el CD Tenerife, la estadística no es mucho mejor. En las últimas cuatro visitas, todas ellas en Segunda, el balance es de tres empates y una derrota -la última, 1-0 con Agné en el banquillo-. Queda lejos pues el registro de dos victorias consecutivas en el Heliodoro, en la 2008/09, en la que se logró el ascenso y se venció a los chicharreros por 1-2 (goles de Arizmendi y Ewerthon) y en la 2009/10, ya en Primera, en la que se repitió victoria, en aquella ocasión por 1-3 (goles de Suazo, Colunga y Lafita).
Seis tropiezos después en las “islas (des)afortunadas”, el Real Zaragoza tiene ante sí una nueva ocasión para revertir la situación en un momento perfecto, un inicio liguero con el que volver a generar ilusión.