Diez minutos para una condena
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Llegaban todavía los más tardanos al estadio municipal de La Romareda, comenzaban a acomodarse, cuando el RCD Mallorca recogía un rechace en el área del Real Zaragoza para inaugurar el marcador y obligar a los aragoneses, una jornada más, a vivir el partido a contracorriente.
No es nada nuevo. Una situación que se ha repetido durante las últimas jornadas en una situación que no ha sido exclusiva. El Real Zaragoza se ha visto condenado no sólo por los goles encajados durante los primeros minutos de partido, sino también por aquellos que han llegado en los últimos instantes y que le han costado una cantidad ingente de puntos a los blanquillos.
Goles al principio y al final
Una sintomatología que ya se vivió en el inicio de la competición, en el debut ante el Rayo Majadahonda, en el que un gol de Martínez llegó a poner en cuestión el triunfo aragonés. Peor fue el tanto de Corpas en el 88 que provocó la primera derrota del Real Zaragoza en la temporada, en Almería. Otros dos tantos postreros, los de Viguera en el 86 para el Numancia y el de Acosta, sobrepasado el 90 para el Tenerife, le costaron el puesto a Imanol Idiakez.
Y mientras los últimos minutos condenaron al vasco, con Lucas Alcaraz el problema ha llegado en el inicio. Siguiendo la senda de lo sucedido en Albacete todavía con Idiakez, cuando Manaj inauguró el marcador en el minuto 3 de partido, tras la llegada del técnico andaluz el Real Zaragoza ha encajado en el minuto 10 en Elche, en el 4 en Tarragona y en el 6 frente al Mallorca.
Así, hasta ocho de los 18 tantos encajador por el equipo aragonés han llegado entre los diez primeros y los diez últimos minutos de partido. Un problema detectado por el cuerpo técnico y al que urge poner solución para tratar de encontrar la vía hacia la estabilidad para el Real Zaragoza.