25 años de un sueño que permanece vivo
Aquella noche del 10 de mayo de 1995 el Real Zaragoza tocó el cielo de París. Los goles de Esnáider y Nayim llevaron al club aragonés a la gloria frente a un todopoderoso Arsenal. Pasado un cuarto de siglo esa gesta todavía sigue en la cabeza de todos los zaragocistas. Una proeza que supuso, y sigue suponiendo aún a día de hoy, para el Real Zaragoza.
Toda esta historia comenzó un año antes, cuando la Copa del Rey de la campaña 93/94 se teñía de color blanquillo. En la celebración de dicho trofeo ya avisaba Cedrún en el balcón del Ayuntamiento de que en un año regresarían para festejar la Recopa. En menudo lío metió a sus compañeros, pero qué motivación a la vez. Y sí, Cedrún y el resto cumplieron con su promesa.
Una ilusión inmortal
Cuando el Real Zaragoza lograba su segundo título europeo, después de la Copa de Ferias del 64, no había zaragocista que no estuviera emocionado por tal hazaña y por cómo se conquistó. Sin embargo, no fue un simple chute de adrenalina. Esa ilusión permanece todavía pasados 25 años y en las circunstancias actuales del Real Zaragoza.
Con algunos bajones, lógico por todo lo vivido en los últimos años, la afición del Real Zaragoza lleva en volandas a su equipo, tal y como dice su historia. Esa afición que tanto celebró y se ganó la Recopa de París, es la que va a devolver al equipo a la Primera División.
Los ganadores de la Recopa, todavía admirados
Pocos serán los zaragocistas que no se sepan de memoria el once que Víctor Fernández alineó en El Parque de los Príncipes: Cedrún, Belsué, Cáceres, Aguado, Solana, Aragón, Poyet, Nayim, Higuera, Pardeza, Esnáider. Ellos, todos los integrantes de aquella plantilla, están situados en un altar para todo el zaragocismo.
Cuando ellos hablan del Real Zaragoza, el resto escuchan. Se lo ganaron en París. La afición lo sabe y les respetan más que a nadie. Eso fue lo que supuso la Recopa y poder llevar al Real Zaragoza a lo más alto, como el gol de Nayim, de Europa.