Víctor Fernández y la conquista de la Recopa: "El corazón se acelera cuando se recuerda"
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La noche más mágica en la historia del Real Zaragoza cumple 25 años. Pero "parece que fue ayer", como afirma Víctor Fernández, entrenador por aquel entonces y casualmente también en la actualidad. El club preparó una entrevista con el técnico aragonés para recordar la conquista de la Recopa en París: "A nivel personal y profesional fue tocar el cielo".
Víctor Fernández rememoró que ganar ese trofeo "fue el broche de oro, la culminación de un proyecto que se inició años atrás". Su primera aventura en el banquillo zaragocista tuvo todo tipo de altibajos: "Conocí lo que es la derrota en una Copa del Rey, pero fue un buen aprendizaje y volvimos mucho más fuertes un año más tarde frente al Celta".
En la celebración de esa Copa, "Andoni fue muy atrevido diciendo en el balcón que quería repetir al año que viene, pero yo no lo veía tan claro", reconocía el técnico. El míster contó la anécdota del calentamiento en aquella final de Copa del Calderón: "No veía a seguidores del Zaragoza y veía solo aficionados del Celta". Sin embargo, "ese mismo shock lo viví en París, pero al revés. Solo veía zaragocistas con sus bufandas y sus banderas".
"Fue una noche imborrable"
El Real Zaragoza se enfrentaba al Arsenal, "un desafío enorme". No obstante, "cuando uno afronta una final solo piensa en ganar", afirmó Víctor Fernández. Ya en la segunda mitad y con 0-0 en el marcador, el aragonés declaró que "tenía la sensación de que quien marcara ganaría". Esnáider abrió la lata en un gol "que corresponde a un crack como es Juan. Pasa a la historia el gol de Nayim, pero este tuvo una plasticidad tremenda".
Empató a los pocos minutos el Arsenal y se llegó a la prórroga: "El destino estaba preparado para Nayim. Se dieron todas las circunstancias". Geli entró al campo y el tablón del cuarto árbitro señalaba el "5" de Nayim, pero Víctor rectificó y cambió a García Sanjuán, que había saltado al césped de suplente. Nayim se desplazó hasta la banda derecha, clave para que le cayera el balón en el último minuto de la prórroga. "Yo ya estaba pensando en los penaltis", reconocía Víctor Fernández.
Que Nayim fuera el encargado de marcar aquel gol cuando el tiempo extra llegaba ya a su fin dice mucho: "El destino le reservaba ese espacio para los dioses. Éramos un equipo muy goleador y Nayim no había metido ningún gol en toda la temporada".
"El gol se vivió como una explosión máxima de júbilo"
"Era la plenitud", define Víctor al tanto de Nayim. "Se tenía que dar y se dio en el mejor momento porque no tenían capacidad de respuesta", afirmó el técnico. Tras rememorar la previa en París, los 120 minutos de la final y la celebración del gol, llegaba festejarlo en casa: "No ha habido una manifestación así en la historia de la ciudad".
Emocionado recordó Víctor lo que supuso esta conquista para el club, la ciudad y su gente: "Hay que vivirlo. No tengo vocabulario para expresar todo lo que sentí. El corazón se acelera cuando se recuerda la Recopa". Desde la previa hasta la celebración en el balcón del Ayuntamiento, la afición estuvo descomunal: "Me llamó la atención cómo los padres sacaban a los niños".
Aquella época, cuando el Real Zaragoza fue campeón en Europa, y la actualidad muestran un contraste de emociones. Para Víctor, "la responsabilidad actual es mayor a la de la Recopa". Sin embargo, el técnico deja la duda de si se dará de nuevo una fiesta como la de aquel entonces: "No sé si se volverá a repetir en la ciudad".