Las diez mayores rajadas de la historia del deporte

Muchos son los entrenadores o jugadores que se han calentado a la hora de hablar con los medios de comunicación y han rajado cosas que no debían. Con el ambiente caldeado se sueltan muchas cosas de las que luego uno se arrepiente o niegan haberlo dicho, pero que ya quedan para el recuerdo.

Algunos de los personajes más conocidos del mundo del deporte han dejado frases célebres como Maradona tras la clasificación de Argentina para el Mundial de 2010 cuando dijo “Que la chupen, y que la sigan chupando”.
Schuster también soltó una ‘perlita’ en su etapa como técnico del Real Madrid en un partido ante el Sevilla, “¿El árbitro es catalán? No hay más que decir”.
Al igual que el exentrenador del Barcelona Louis Van Gaal y su mítica frase “¡Siempre negativo, nunca positivo!” para explicar el motivo de la no convocatoria de Rivaldo.
Volviendo al Real Madrid y a uno de sus entrenadores más polémicos, Mourinho y su famoso “¿Por qué?, ¿Por qué?” después de caer derrotado ante el eterno rival, el Barcelona.
Una de las mejores ruedas de prensa las ha dejado el técnico italiano Giovanni Trapattoni cuando dirigía al Bayern de Múnich en 1998, empezó una larga rueda de prensa con la frase “un delantero sin huevos, sin garra y sin gol” y acabó dirigiéndose a los periodistas con un “váyanse al carajo”.
Javier Clemente deseo la muerte de un periodista “Que la hubiera palmado”, y luego lo negó todo, “yo no he dicho eso”. También Samuel Eto’o y su enfrentamiento con Frank Rijkaard y el crack brasileño Ronaldinho “Si tienen huevos que lo digan a la cara”.
Y en el baloncesto ha habido grandes enfados como el técnico Manel Comas, el ‘Sheriff’, cuando dirigía al Caja San Fernando se mosqueó con el jugador Demetrius Alexander, al que consideró como “Alexander es un NAF” y después explicó el significado.
También jugadores como el serbio Darko Milicic y su enfado con los árbitros que le costó una multa de 10.000 euros por decir frases como “se la meteré a sus madres”. Y las palabras con rabia que escupió Mateo Garralda después de un gran esfuerzo, “han venido a chulearnos”.