Nicolás Leoz, el jerarca que hizo posible la sede permanente de Conmebol
El paraguayo Nicolás Leoz, uno de los 14 acusados por EEUU de corrupción dentro la gran investigación a altos responsables de la FIFA, vive retirado del fútbol desde que en 2013 renunció a la presidencia de la Comenbol, que ocupó durante 26 años.
Leoz, de 86 años, fue sustituido entonces por el uruguayo Eugenio Figueredo, uno de los siete altos dirigentes de la FIFA detenidos anoche en Suiza en el curso de la operación del FBI.
La renuncia de Leoz como presidente de la Conmebol fue una despedida por todo lo alto de la cúpula dirigente del fútbol, ya que también dimitió como miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA y de la organización del Mundial de Brasil.
Su despedida estuvo acompañada de un mar de elogios por parte los jerarcas de ese deporte, alguno de los cuales, como Figueredo, le tildaron de "hombre visionario del fútbol"
También se recordaron en esas fechas que bajo su mandato la Conmebol estableció una sede permanente y que en 1990 se construyeron las modernas instalaciones del organismo en la ciudad de Luque, en el Gran Asunción.
Era la culminación de una carrera que había comenzado como simple aficionado en el club asunceno Libertad, donde se hizo con el carné de socio hasta que en 1968 resultó elegido presidente.
Después asumió la presidencia de la Liga Paraguaya de Fútbol, y bajo ese mandato el país obtuvo la Libertadores, en 1979, ganada por Olimpia.
A partir de entonces comenzó su etapa en la Conmebol, y su reconocimiento como uno de los "históricos" de la jerarquía del fútbol sudamericano.
Sin embargo, su despedida de ese lugar en la cima tuvo también su lado oscuro, ya que fue anunciada cuando Leoz era investigado por la FIFA por un supuesto soborno de 20 millones de dólares para apoyar la candidatura de Qatar como sede del Mundial de 2022.
La renuncia fue seguida de la del brasileño Joao Havelange como presidente honorario de la FIFA.
Sin embargo, coincidiendo con esas renuncias, la Comisión de Ética de la FIFA anunció en abril de 2013 que cerraba el caso ISL, que investigó el pago de cantidades a exdirectivos del organismo, sin necesidad de incoar procedimientos contra otros funcionarios del fútbol.
El informe de la Comisión concluyó que se evidencian desvíos de "cantidades considerables" hacia Leoz, Joao Havelange y su yerno, Ricardo Teixeira, "sin que pueda demostrarse que se haya prestado servicio alguno por ello".
Pero la FIFA consideró entonces que "la aceptación del soborno" por parte de Havelange, Teixeira y Leoz no constituía delito punible conforme al derecho penal suizo, aunque destacó "Havelange y Teixeira en ningún caso debían haber aceptado soborno en calidad de funcionarios oficiales del fútbol"
Tras su adiós, Leoz se dedicó a sus negocios en Asunción, donde posee una clínica privada y una inmobiliaria, y donde sigue siendo una de las figuras habituales en las reuniones de sociedad.
