Leyendas del deporte ruso claman contra el boicot al atletismo de su país
Leyendas del deporte ruso como el nadador Alexandr Popov, la saltadora Svetlana Lébedeva o la pertiguista Svetlana Feofánova clamaron hoy contra el boicot al atletismo ruso, tras las denuncias de una trama de dopaje promovida por el Estado ruso.Ignacio Ortega
"No me gustaría que una sanción nos hiciera retroceder. Acabamos de caer. En algún momento cometimos excesos. En el futuro, jugaremos según unas nuevas reglas", dijo Lébedeva, actual vicepresidenta de la Federación Rusa de Atletismo (FRA).
Recordó que después de que la televisión alemana destapara en diciembre el escándalo sobre el dopaje sistemático en el atletismo ruso se adoptaron medidas como la destitución del anterior presidente de la FRA, Valentín Balájnichev, y el relevo de los principales entrenadores del país.
"El atletismo ruso se renueva. El dopaje para nosotros es algo de otro siglo. Por nuestra parte, hemos preparado un informe para demostrar que estamos introduciendo cambios", señaló.
Lébedeva considera que cree que el Ministerio de Deportes "está obligado a tomarse la situación muy en serio" y abogó por la "transparencia" ante las denuncias presentadas por la comisión independiente de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA).
"En ningún caso hay que indignarse. Debemos debatir, argumentar, demostrar que tenemos razón y defender nuestras posturas. Entonces, podremos limpiar nuestro deporte", dijo.
Destacó que la nueva generación de atletas rusos "tienen una nueva formación (...) están bajo el permanente control de los servicios antidopaje".
"Espero que la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) tome una decisión racional y nuestros deportistas puedan competir en los Juegos Olímpicos", dijo la campeona olímpica de salto de longitud (Atenas 2004) y otras cuatro veces medallista en esa modalidad y en triple salto.
Popov, cuatro veces campeón olímpico de natación (Barcelona 1992 y Atlanta 1996) y actual miembro del COI, reconoció que "la situación es realmente complicada", pero espera que la IAAF tenga en cuenta los intereses de atletas limpios como la pertiguista Yelena Isinbáyeva.
"Espero eso sea precisamente lo que guíe a la IAAF a la hora de descalificar o no a la FRA. Gente como Isinbáyeva juegan, sin duda, un papel importante", dijo Popov a la agencia oficial RIA Nóvosti.
Popov añadió: "Creo que no llegaremos a la suspensión de la FRA. Esperemos que no. Pero que se van a sacar importantes conclusiones, eso seguro".
Recordó que el informe de la comisión independiente es sólo el primero y que aún hay otros dos por delante, por lo que aconsejó a Rusia que tomen "medidas preventivas" para que esta situación no se repita.
Por su parte, la pertiguista Svetlana Feofánova vinculó el escándalo de dopaje con la coyuntura política mundial y los intentos occidentales de aislar a Rusia.
"A la vista de la situación política en el mundo, ya casi no queda sentido común. Pero como suele decirse, en la guerra cualquier medio es bueno, y creo que esta historia es de esa clase", dijo la medallista olímpica, campeona mundial y europea, y precursora de Isinbáyeva.
El ministro de Deportes, Vitali Mutkó, que ha negado casi todas las acusaciones vertidas por la AMA, manifestó hoy que, como los rusos siempre pugnan por los primeros puestos, "están en el punto de mira más que otros".
"El dopaje existe en todo el mundo y Rusia no es una exclusión. Luchamos contra ello, como todo el mundo. Unas veces nos sale bien y otras peor. No podemos echar a Rusia la culpa de todos los problemas del atletismo", dijo.
Mutkó, que es acusado de hacer la vista gorda ante los numerosos positivos entre los atletas rusos con vistas a los Juegos Olímpicos de Londres, advirtió contra el aislamiento de Rusia.
"En el mundo se da ahora una situación en la que muchos son críticos con Rusia. Cuando hay aislamiento, es malo para todos. (El presidente de la IAAF, Sebastian) Coe debe entenderlo. Él mismo sabe cuál fue el aislamiento en (los Juegos Olímpicos de Moscú) 1980", dijo.
Coe, campeón olímpico en Moscú, fue una de las pocas estrellas del atletismo occidental que compitió en la capital rusa, ya que esos Juegos fueron boicoteados por Estados Unidos debido a la invasión soviética de Afganistán (1979).
Como ocurriera con el escándalo de la FIFA y las irregularidades en la elección de Rusia como sede del Mundial de fútbol en 2018, deportistas, funcionarios y diputados rusos acusaron a Occidente de mezclar la política y el deporte para castigar al Kremlin por su postura en Ucrania y Siria.
Pero la diferencia radica en que, a diferencia de lo ocurrido hace 35 años, es el rampante dopaje y no la anexión rusa de Crimea o la injerencia rusa en Ucrania la que ha puesto realmente al atletismo ruso contra las cuerdas.