La selección femenina de fútbol reclama la atención de los patrocinadores
Los éxitos de la selección femenina de fútbol, campeona de la prestigiosa Copa Algarve, está reclamando con sus buenos resultados la atención de los patrocinadores de los equipos nacionales, con la aseguradora Pelayo, que ha incorporado a la exjugadora Ana Rossell como embajadora en 'la Roja'.Rossell, exjugadora del Atlético de Madrid o el Canillas y presidenta del Club Deportivo Tacón del grupo V de la Segunda División Femeina, ha sido designada por la empresa aseguradora como embajadora de la compañía para la selección española de fútbol.
"Ser embajadora implica mostrar a la selección femenina como deportistas y personas. Pelayo pretende mostrar esa cercanía y mi figura es un poco referente en el fútbol femenino, con lo que voy a ayudar a las jugadoras a poner en marcha acciones para darse a conocer al gran público", explicó Rossell a EFE.
Pelayo renovó recientemente su patrocinio de las selecciones hasta el Mundial 2018, cuando cumplirá diez años acompañando al equipo masculino y cuatro al conjunto femenino.
En opinión de la embajadora, el interés de la aseguradora en el conjunto que dirige Jorge Vilda parte del pasado Mundial 2015 disputado en Canadá, en el que por primera vez participó el conjunto español, que ya está clasificada para la Eurocopa de Holanda 2017 y demostró su crecimiento ganando este pasado mes de marzo la Copa Algarve, en la que derrotó a Canadá en la final por 1-0.
"A raíz del Mundial 2015 han ido dando cada vez más importancia a la selección femenina", ratifica Rossell, que ya acompañó a 'la Roja' en su éxito en el torneo portugués.
La tarea de Rossell con las internacionales españolas será ayudarlas a dinamizar el seguimiento de la selección femenina utilizando sobre todo las redes sociales, y aprovechando la cercanía que tienen con sus seguidores, un punto a su favor respecto a sus compañeros masculinos.
"Es otra vía de mostrarse al mundo. Pelayo tiene una masa de seguidores que no conocían el fútbol femenino y es un buen canal para mostrarse y aprovechar las diferencias que hay entre el fútbol masculino y femenino, en cuanto a que las jugadoras son más accesibles, más cercanas, no les importa pasarse una hora después del partido firmando autógrafos", explica Rossell.