Un espectáculo de agua y luz sobre el Danubio inaugura los Mundiales

Con un vistoso espectáculo centrado en la historia de Hungría sobre el Danubio, el río que divide Budapest en dos partes, se inauguraron este viernes por la noche los decimoséptimos Campeonatos del Mundo de natación.La ceremonia se realizó en el Danubio, en la parte céntrica de la ciudad, con el Castillo Real de Buda como trasfondo e iluminado con imágenes relacionadas con el agua y los deportes acuáticos.
Quinientos bailarines representaron la historia y la cultura del país, con el agua como tema central, y todo eso sobre cuatro barcazas de 1.600 toneladas.
El recorrido histórico del espectáculo empezó con la formación de la vida y pasó a la era romana, para llegar a la Hungría de nuestros días, con la colaboración de artistas y músicos húngaros.
Estas escenas incluyeron también la representación de la historia de los deportes acuáticos, recordando, entre otros, al deportista húngaro Alfréd Hajós, primer campeón olímpico en natación, en 1896.
Más allá del mensaje histórico, la inauguración se centró en el agua, con vistosos efectos visuales de luz y agua.
En la inauguración que los vecinos de Budapest contemplaron desde las dos orillas del Danubio, estuvieron presentes deportistas retirados y en activo, políticos y personajes de la vida social húngara.
El alcalde de Budapest, István Tarlós, el presidente húngaro, János Áder, y el presidente de la FINA, Julio César Maglione, saludaron a los reunidos.
El certamen se declaró inaugurado cuando la mítica nadadora húngara Krisztina Egerszegi activó una fuente de agua que operará durante los 16 días de los campeonatos.
La estrella de la ceremonia de inauguración fue el cantante CeeLo Green, que presentó dos de sus éxitos: "Brighter lights bigger city" y "Crazy".
Los organizadores y el Gobierno recordaron varias veces que este es el torneo deportivo más grande de la historia del país, y no ha faltado el dinero para la organización, lo que también fue una fuente de críticas.
Los críticos, entre otros, consideraron que el coste de 11 millones de euros de la inauguración fue exagerado.