El Bilbao Basket cierra en Burgos su nefasta temporada y su ciclo en la ACB
El RETAbet Bilbao Basket cierra este jueves en el Coliseum de Burgos ante el San Pablo (20:30 horas) la nefasta temporada que ha desembocado en su descenso, probablemente también su ciclo en la ACB iniciado en 2004 y es posible que también el último proyecto de baloncesto de elite en la capital vizcaína, nacido en 2000.Triste epílogo para un curso que los inicialmente dirigidos por Carles Durán, posteriormente por Veljko Mrsic y en las últimas jornadas por Jaka Lakovic arrancaron en Europa y con aspiraciones de meterse en las eliminatorias por el título, y que acabó con el batacazo de la pérdida de categoría ya matemática a dos jornadas del final de la temporada regular.
Así, ahogado por la deuda cifrada en unos seis millones de euros, con el temor de que este año casi seguro no se repesque a ningún descendido y sin ayuda institucional, al Bilbao Basket le espera un largo y muy probablemente desagradable verano para saber que será de su futuro. Si es que lo tiene.
Antes deberá hacer frente a una última jornada frente a un rival que se le presume en adelante de mal recuerdo porque, además de cerrar su andadura -algunos años muy exitosa- por la ACB, fue también el primero que le avisó de lo que se le podía venir encima.
Porque el triunfo del San Pablo en la primera vuelta en Miribilla, en el primer partido con Mrsic en el banquillo, fue el primer choque de realidad de los 'hombres de negro' en la temporada.
En aquel partido, en el que cayó por 16 puntos ante un visitante entonces claro candidato al descenso, el RETAbet tuvo que empezar a ver que su pelea era lograr la permanencia.
Tardó aún un tiempo en sacar esa lectura de aquel nefasto choque y como consecuencia el de mañana, inédito en la ACB, quedará un tiempo como único Burgos-Bilbao en la máxima categoría del baloncesto nacional.
Como también quedará un solo Bilbao-Burgos, el 62-78 del 3 de diciembre en el Bilbao Arena con Corey Fisher en estado de gracia (24 puntos y 26 de valoración) ante un rival superado y solo con destellos de un Alex Mumbrú (16 y 7 rebotes) que jugará en el Coliseum el último partido de una carrera muy larga, muy fructífera y con pocos momentos de la tristeza del de mañana.
