Bea Corrales, tras la sombra alargada de Carolina Marín

El Morell (Tarragona), 26 jun .- Si alguien piensa en el bádminton en España lo primero que le viene a la cabeza es el nombre de Carolina Marín, una de las grandes estrellas de este deporte. La figura de la campeona olímpica es tan grande que eclipsa al resto de jugadoras que desean abrirse paso con la raqueta y la pluma, como Beatriz Corrales.

La madrileña, compañera de generación y de entrenamientos durante muchos años de Marín, hace tiempo que intenta despegarse de la alargada sombra de la campeona onubense.

Este martes, en el Morell (Tarragona), Bea dio un paso importante en su propósito, al colgarse la medalla de plata de los Juegos Mediterráneos.

Número 27 del ránking mundial, Corrales perdió en una ajustadísima final (21-19 y 23-21) contra la turca Neshlian Yigit, 34 del mundo y con quien ya se había visto las caras varias veces en el circuito.

"Nos conocemos bien y me da un poco de rabia haber perdido así, porque el oro se ha decidido por pequeños detalles. Tenía ganas al menos de jugar ese tercer set, pero no ha podido ser. Así que me quedo con una plata agridulce", afirmó resignada en una entrevista concedida a EFE.

Corrales, que tiene 25 años como Marín y que al igual que ella es fruto del programa de tecnificación que la federación española implantó en 2006 para las jugadoras sub-13, hace dos años que decidió volar por su cuenta.

Hasta entonces se entrenaba en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid con el grupo de Fernando Rivas, técnico de Marín que ahora también lleva a las dos más firmes promesas del bádminton español: la vasca Clara Azurmendi y la toledana Sara Peñalver.

"En el centro nacional español, por diversos motivos y también por los excelentes resultados que está haciendo Carolina, todo el equipo técnico estaba muy volcado con ella. Yo lo respeto, pero sentí que, si quería seguir creciendo y no estancarme, era el momento de hacer un cambio. Además, la federación española estuvo de acuerdo", explicó.

Bea, que acababa de proclamarse campeona de España en 2016, se fue a Milán con Arturo Ruiz, exseleccionador español y ahora seleccionador de Italia, y allí trabaja con él en el centro de bádminton de la federación italiana.

Entre ceja y ceja tiene disputar los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, lo que pasa por clasificarse entre las 16 primeras del ránking mundial, porque superar ahora mismo a Carolina, sexta del mundo, como la mejor volantista española, se antoja muy complicado.

"Si mi objetivo es estar en Tokio 2020, necesito entrar en el top-16 y las condiciones que se daban en España no eran las más adecuadas para mí. En la federación italiana, en cambio, me han dado todas las condiciones para seguir mejorando", se justificó.

Pero la marcha de Bea no fue un arrebato ni una pataleta de celos por los éxitos de Marín. "Carolina es la mayor causa de que el bádminton se esté dando a conocer. Admiro todo lo que ha conseguido. Ojalá hubiera focos para todas, pero es lógico que acapare toda la atención; lo suyo es muy merecido", aclaró.

También es consciente de que las jóvenes que vienen por detrás aprietan fuerte. A sus 20 años Clara Azurmendi fue bronce en los Juegos Europeos de Baku 2015 y, un año después, ganó en Bulgaria su primer y único torneo internacional. Y Sara Peñalver, de 18, fue plata en los Campeonatos de Europa Sub-17 en 2016, convirtiéndose en la tercera española que se cuelga una medalla en esa categoría después de Marín (oro en 2009) y Azurmendi (bronce en 2014).

"Las dos están mostrando muy buen nivel. Con ellas conseguimos este año el bronce por equipos en el Europeo de Kazán y es bueno tener esa competencia, porque nos hace crecer a todas", subrayó Corrales, consciente de que quizá ambas partan con cierta ventaja al estar entrenándose junto a Marín a las órdenes de Rivas.

Pese a no estar ya, por decisión propia, en el grupo de las elegidas, Bea no se resigna. Tiene una fuerte personalidad y no está dispuesta a seguir los convencionalismos ni dentro de las pistas ni tampoco fuera, donde ya se ha significado como un referente de la causa LGBT (Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transexuales).

La madrileña fue el mes pasado la abanderada de los Juegos del Orgullo y siempre se ha significado a favor de la igualdad de género y la libertad sexual.

"Desgraciadamente, en la sociedad no existe esa igualdad y, si puedo aportar mi granito de arena a través de mi deporte o hablar al respecto para que la haya, así lo haré", afirmó Bea con determinación. La misma que exhibe, raqueta en mano, en un cancha de bádminton.