Juicio Cabacas:"Haced algo, hay un chico con la cabeza abierta",oyó un agente

"Tenéis que hacer algo, hay un chico con la cabeza abierta", fueron las palabras que un joven pronunció a los ertzainas que accedieron al callejón donde Iñigo Cabacas cayó mortalmente herido tras el impacto de una pelota de goma, según ha recordado uno de los agentes que acudieron "de refuerzo" al lugar.

La Audiencia de Bizkaia ha retomado hoy con el testimonio de otros ocho agentes de la Ertzaintza el juicio contra seis miembros del cuerpo, tres agentes de base y tres mandos intermedios, acusados de un delito de homicidio por imprudencia profesional durante el operativo del 5 de abril de 2012 tras un partido europeo del Athletic Club en San Mamés.

La mayoría de los testigos que han declarado hoy eran integrantes aquella noche de la furgoneta F-22, que, según ha declarado su entonces responsable, fueron al callejón de la calle María Díaz de Haro, donde ocurrieron los hechos, tras recibir un aviso de que había incidentes en el lugar y debían acudir "de apoyo".

Según este agente, cuando llegaron en la calle citada había "cinco o seis furgonetas" de la Ertzaintza y "todo estaba controlado", con los incidentes finalizados.

Con la furgoneta estacionada un poco más abajo del callejón, los agentes de ese vehículo se desplegaron para dispersar a un grupo de gente concentrada en unas galerías situadas en la acera de enfrente, según ha recordado el testigo, que ha indicado que fue después cuando vio en el callejón a una persona tendida en el suelo que estaba siendo atendida por unos compañeros.

En el mismo vehículo viajaba otro agente que se sumó al grupo de compañeros de otra furgoneta que entraron en el callejón cuando Cabacas "ya estaba en el suelo" abatido.

"Según íbamos a entrar -ha relatado este agente-, salió un chico que me comentó que teníamos que hacer algo, que había un chico con la cabeza abierta".

Ha contado que al llegar al final del callejón, en la zona que comunica con Licenciado Poza, fueron recibidos con lanzamiento de objetos, ante lo cual el agente hizo "algún disparo de aviso" y después "una-dos" pelotas de goma "una vez empezaron a avanzar contenedores" rodando, ya en la calle citada.

Otros agentes de la F-22 han asegurado no haber actuado en el callejón, donde la situación estaba "controlada" al haber "bastantes" ertzainas actuando allí.

Se limitaron, según han indicado, a prevenir posibles incidentes en la zona de unas galerías ubicadas en la acera de enfrente, donde había arremolinadas "unas treinta personas", que no hacían nada, aunque estaban "alteradas", según ha dicho un testigo.

"Al principio había tensión en el ambiente. Había bastantes vidrios y objetos en el suelo", ha recordado el conductor de esta furgoneta.

En ese punto, los agentes "no tuvimos que hacer nada, sólo presencia policial", ha explicado otro, que, según su testimonio, no vio "nada", tampoco a nadie disparar.

"No nos enteramos de que había un herido", ha afirmado otro de los ertzainas.

En la misma sesión han declarado dos agentes de otra furgoneta policial, la F-12, que ya estaba en el lugar de los hechos cuando llegó la anterior y cuyo responsable era el oficial que se sienta en el banquillo de los acusados, el mando con más rango sobre el terreno.

El conductor de este vehículo ha relatado que cuando llegaron al callejón tiraron objetos como botellas y vasos contra el vehículo, alguno de los cuales impactaron en él.

Ha explicado que el oficial habló con "ugarteko", el responsable del operativo en comisaría, que instó a "entrar con todos los recursos que tenían" y ha señalado que, entonces, "bajaron" del vehículo.

Según ha contado, había agentes de otras furgonetas parapetados en su vehículo y alguno salía por un costado, disparaba y volvía a parapetarse. Un agente que vio que disparaba vestía chamarra roja, una prenda que no portaban los integrantes de su furgoneta, según ha dicho.