La lucha común del Real Murcia contra el fútbol moderno
Fichajes galácticos, inversiones millonarias, primas surrealistas, corrupción y chantaje, intereses desmedidos... Así empieza una larga lista interminable de lo que corroe al fútbol en la actualidad. Un deporte empeñado en marchitar o destruir la verdadera belleza de su esencia. El mismo que se creó por y para sus aficionados, los que componen el verdadero motor sin el cual no existiría esto.
Sin embargo, ese amor a una entidad poco importa para los que únicamente huelen dinero. Los que buscan hacer negocio con los sentimientos de tantas y tantas personas. En ese retroceso ha entrado, como tantos otros, el Real Murcia, al borde de la desaparición.
La historia del Real Murcia: Desde impagos, más de 31.000 km en bus, descensos hasta la lucha encarnecida de sus aficionados
Una entidad que en apenas una década ha bajado de la gloria de primera al barro y la miseria de tercera división. Un equipo descendido en los despachos, anegado por las deudas, asfixiado por los impagos. Tal fue el varapalo que apenas hace unos años el Real Murcia recorrió más de 31.000 kilómetros, ante la obligación de LaLiga Santander a jugar en un grupo que no le correspondía. De hecho ahora acumulan tres meses de impagos en los que la plantilla ha recibido cero euros en sus cuentas.
Siempre hay luz, y vida, tras la oscuridad
En este tipo de historias por mucho empeño que ponga el enemigo, los buenos siempre acaban venciendo. Por muy tocado o malherido que acabe el equipo. En una entidad al borde de la desaparición, carcomida por la dejadez, la desidia y los golpes deportivos ha aparecido un nuevo cambio de rumbo.
Un giro radical propiciado por la afición, que jamás dejará que su Real Murcia marchite. Ese proyecto, comandado por la Plataforma de Apoyo al Real Murcia, pretende ayudar a salvar la entidad. Una iniciativa generada por la guerra pública abierta entre afición y la directiva.
Un consejo que incluso llegó a cortar la megafonía del estadio para que la animación no se alzara contra ellos. Algo que hizo estallar a la propia hinchada, que el pasado lunes se coló en el estadio para echar abajo la publicidad de las empresas de los ya antiguos directivos del Real Murcia.
En su lugar, desplegaron dos nuevas pancartas que rezaban : "Gracias por hacernos sentir vergüenza" y "Este escudo se os queda grande". Unos lamentos que se han hecho escuchar. De hecho, el propio Víctor Gálvez, antiguo presidente del Real Murcia, dimitió en la tarde del pasado lunes.
Una marcha que ha generado un hálito de alivio en la hinchada, que ya mantiene sus esperanzas en José María Almela, el nuevo máximo mandatario. Un proyecto en el que la ilusión no faltará y mucho menos fallarán las fuerzas. De hecho, la Federación de Peñas ha empezado una bonita iniciativa para comenzar a pagar a la plantilla.
Plataformas de apoyo
A la venta han puesto pulseras y chapas para pagar a la plantilla, que ya ha contado con la ayuda desinteresada de históricos como Javi García. También algunos otros como el mítico Acciari, que ha donado algunas de sus camisetas para la causa. Una crisis que no entiende de rivalidades, pues hasta el propio Elche y su afición se han volcado para ayudar al Real Murcia.
Y es que dicen que lo que no te mata, te hace más fuerte. Con eso sueña el Real Murcia y su afición. Con no dejar marchitar sus casi 100 años de historia. Con luchar por volver a ser lo que fueron. Con que la oscuridad y el barro de bronce se transforme en el éxito y la alfombra de la élite. Por todo ello, un denominador común. La afición, la misma que de la mano paladeará la gloria o luchará junta en el infierno.
el Real Murcia no es sólo un equipo de fútbol. El Real Murcia es un sentimiento. Que crecieron en nosotros desde que pequeño.