Adílio, el héroe del Flamengo que silenció al Liverpool: "Se veían ganadores"
Carlos Meneses Sánchez,Sao Paulo, 20 dic (EFE).- Adílio de Oliveira Gonçalves, autor de uno de los tres goles que doblegaron al Liverpool en la final de la Copa Intercontinental de 1981, aún recuerda las mofas de los jugadores ingleses en el túnel de vestuarios: "Se veían ganadores".,"Eran más fuertes y más altos" y "comenzaron a reírse creyendo que iban a ganarnos. Aquello nos motivó más", recuerda en una entrevista con Efe el excentrocampista del Flamengo, que años más tarde, en un giro de tue
Carlos Meneses Sánchez
Sao Paulo, 20 dic .- Adílio de Oliveira Gonçalves, autor de uno de los tres goles que doblegaron al Liverpool en la final de la Copa Intercontinental de 1981, aún recuerda las mofas de los jugadores ingleses en el túnel de vestuarios: "Se veían ganadores".
"Eran más fuertes y más altos" y "comenzaron a reírse creyendo que iban a ganarnos. Aquello nos motivó más", recuerda en una entrevista con Efe el excentrocampista del Flamengo, que años más tarde, en un giro de tuercas a su vida, también sería campeón mundial de fútbol sala con la selección brasileña (1989).
Él y sus compañeros, los Andrade, Zico, Nunes, entre otros, vestidos con uniformes menos modernos, según cuenta Adílio, optaron por permanecer callados, sin reaccionar a la sorna rival.
A los ingleses se les cortó el buen humor nada más pisar el césped del estadio Olímpico de Tokio. El Flamengo les endosó tres goles antes del descanso que certificaron su primera corona mundial.
Este sábado, después de 38 años, el club carioca buscará la segunda, también ante el Liverpool. La historia se repite.
"Les demostramos que, cuando se trata de fútbol y cuando la bola rueda, todo puede mudar", afirma.
El conjunto rojo, con tres finales pérdidas (1981, 1984, 2005), aún no sabe lo que es proclamarse campeón mundial.
Adílio, hoy con 63 años, tiene dibujadas en su mente las jugadas de los tres goles, uno de ellos de su autoría, que les anotaron a los ingleses aquel 13 de diciembre de 1981.
Entonces se escuchaban los mismos comentarios que hoy en día, como que "el Liverpool era mejor equipo" y que tenía "buenísimos jugadores", pero a los 13 minutos ya estaban por detrás en el marcador, evoca el exjugador flamenguista.
"Zico superó a toda la zaga con un pase bombeado al espacio de Nunes, que consiguió hacer el primero", previo error de un defensor del Liverpool que no alcanzó a despejar de cabeza, narra.
El segundo llevó su firma. Falta cerca al balcón del área. Zico dispara fuerte, seco; el portero no consigue atajar y tras unos rebotes en el área, Adílio amplía en el minuto 34 para delirio de la marea flamenguista que copaba las gradas.
"La pelota vino en mi dirección y marqué. Con el segundo gol, el Liverpool se quedó preocupado porque ya les mostramos que queríamos ganar el partido", explica.
"En esa indecisión de ellos, marcamos el tercer gol en una jugada que inicié yo, toqué para Zico y este jugó casi de primera para Nunes, que chutó diagonal para marcar el tercer gol", completa.
Corría el minuto 41 y el título ya estaba decidido. Ya no se escuchaban más las risas de los jugadores del Liverpool, que meses atrás habían derrotado al Real Madrid en la final de la Copa de Campeones de Europa.
"En una final aparecen pocas oportunidades, pero nosotros las aprovechamos y las transformamos en goles, eso fue fundamental", sentencia.
Fue el título más importante de la carrera de este extraordinario centrocampista nacido en Cruzada Sao Sebastiao, una comunidad humilde dentro del barrio de Leblon, de los más pudientes de Río de Janeiro. La viva imagen de la desigualdad social brasileña.
Allí creció Adílio y allí se formó como futbolista, jugando en la calle y en la playa, para luego entrar en la cantera del Flamengo, donde jugó más de 600 partidos con la primera plantilla rubro-negra.
Formó un centro del campo temible con Zico y Andrade. Una generación dorada que completaron los Mozer, Lico o Tita y que reinó en Brasil durante los primeros años de la década de los 80.
Después probó fortuna en el Barcelona ecuatoriano y el Alianza Lima y cuando llegó el momento de colgar las botas de fútbol once, se puso las de fútbol sala y se proclamó campeón del mundo en 1989.
Padre de tres hijos, Adílio ahora dedica su tiempo a proyectos sociales como "Gol de Placa", una iniciativa en la que exjugadores trabajan con jóvenes de comunidades carentes. Todo ello sin olvidar su pasión por el "más querido" de Brasil.
¿Da miedo el Liverpool de Jurgen Klopp? "A un flamenguista nada le da miedo", asegura. Su deseo es que este sábado el Flamengo repita el 3-0 de hace treinta y ocho años.