Javi Reja, remando en pos del éxito paralímpico con el salvavidas del deporte en aguas del Guadalquivir
En la vida, son muchos los contratiempos con los que cualquier persona puede encontrarse. Sin duda, la clave para superarlos es saber encararlos con mucha actitud y positividad. Es lo que hizo, hace y hará el remero Javier Reja (Sevilla, 1974). El deportista, que logró ser cuarto en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020 en remo en skiff PR1, sufrió un accidente de tráfico que le cambió la vida. Pertrechado con el salvavidas del deporte, lleva años remando en aguas del Guadalquivir en pos del éxito paralímpico. La suya es una auténtica lección de vida y así se la ha contado a ElDesmarque en una charla en el Centro de Alto Rendimiento de La Cartuja.
En 2006, su vida dio un vuelco debido a un accidente de moto en el que perdió la pierna derecha y le dejó secuelas físicas en la parte izquierda. Lejos de venirse abajo, el sevillano encaró este golpe con mucha fuerza y con mucha fe en el deporte. "Fue un salvavidas donde me agarré para salir a flote porque después de eso no sabes cómo vas a quedar físicamente, cómo quedará el tema del trabajo, es todo un poco de caos... En mi caso, me agarré al deporte para seguir luchando y no me fue mal".
Para remontarse a sus inicios en el deporte adaptado, hay que echar la vista atrás. En concreto, a su salida del hospital tras sufrir el accidente. "Por prescripción del traumatólogo, me aconsejó que hiciera natación para que fortaleciera la cadera, la rodilla y demás".
De la piscina al río Guadalquivir
Javier Reja comenzó haciendo natación e incluso ganó el Campeonato de Andalucía, logrando mínima para el de España. Fueron sus primeros pasos en el deporte adaptado en el que aún le quedaba mucho camino por recorrer.
"Fui probando deportes y, sí es verdad que, estando en Sevilla con este maravilloso río y con este clima que tenemos, el CAR (Centro de Alto Rendimiento de La Cartuja) y los clubes que hay, un deporte náutico tenía que probar. Primero, probé la piragua, no me fue mal y, después, me pasé al remo y tampoco me fue mal. Lo mío es el agua, está claro", reconoce el andaluz entre risas.
Para decantarse por esta disciplina, el remero explica que "veía a los palistas remando y pensé que se usaban poco las piernas. Luego me di cuenta que las piernas se usan bastante".
Las piedras del camino
A pesar de contar con el apoyo del Club Náutico de Sevilla, el deportista reflexiona sobre las barreras con las que un deportista como él puede encontrarse en su trayectoria. "El Club Náutico se volcó conmigo desde primera hora y me he encontrado con pocos obstáculos, pero sí hay barreras como el material deportivo, que es caro, y después entrenadores y técnicos, que tienen que estar 100% pendiente tuya".
Aunque, poco a poco, se vaya avanzando, el palista reconoce que "todavía estamos a un paso del deporte convencional. El deporte minoritario y el deporte adaptado, en este caso, siempre estamos un escalón por debajo. Pero es verdad que poco a poco se van consiguiendo avances y hay que seguir luchando".
De Tokio a París
Reja firmó un cuarto puesto en la final paralímpica de remo adaptado en la categoría PR1 de skiff de los últimos Juegos de Tokio. "Teníamos los deberes más que hechos, sabíamos lo que teníamos que hacer e íbamos a competir. Es verdad que, en la final, se nos puso un poco la cosa en contra porque a cinco minutos nos cambiaron la calle. Salíamos por la buena y salimos por la seis, que era la mala por el viento en contra. Aún así cambiamos de estrategia a última hora y no nos salió mal, un cuarto puesto en la final paralímpica... lo hubiera firmado un mes antes cuando estábamos concentrados".
Tras su experiencia en Río de Janeiro 2016, el remero sevillano explica que la de Tokio ha sido totalmente "distinta". "En Tokio se vivió un ambiente mucho más familiar, estábamos en piña en los apartamentos y, en Río, podías hacer turismo, ver a otros compañeros... Este verano era del campo de regata a la villa y de la villa al campo de regata".
El año de retraso en la celebración de los Juegos debido al coronavirus le vino bien al deportista andaluz. "Venía de una doble operación en los dos brazos y estrenaba una modalidad que en este caso era el remo. Quisimos doblar en las dos modalidades, piragua y remo, pero en piragüismo me clasifiqué por puesto, pero al sólo poder ir un palista por país fue el compañero Adrián, que quedó mejor que yo".
"En remo me dio la vida porque fue un año más que estuvimos trabajando, hay que tener más tacto en el agua, es verdad que tenía el equilibrio de la piragua, pero es otro deporte, no tiene nada que ver el remo con la piragua", asegura Reja que ya piensa en el ciclo olímpico de París 2024 y eso que acaba de ganar el Campeonato de España de remoergómetro.
Una verdadera lección de vida
El revés que Javier Reja sufrió en su vida no es fácil de encajar. Aunque, como él mismo reconoce a la hora de hablar del peor momento, "yo he estado muy arropado por la familia y los amigos y casi no me han dejado tener momentos difíciles, después también por mi forma de ser...".
Asimismo, admite que "quizás no saber cómo iba a quedar físicamente ni en el tema laboral hizo que fuera un momento bastante duro. Tampoco tuve a nadie que me aconsejara y por eso ahora intento dar ese puntito de apoyo y de ayuda a la gente que pasa por esa situación".
Por eso, el sevillano colabora de forma activa con la Asociación In para el fomento del deporte adaptado en Andalucía junto a Arturo Montes. "Tenemos ahí una escuela de piragüismo adaptado, lo que intentamos es quitar barreras como nosotros nos encontramos".
Reja encara la vida con una sonrisa. "Después de una discapacidad se sigue viviendo y... demasiado bien", explica entre risas. "Esto es una pequeña piedra en el camino y hay que salvarla".
"Yo pongo un ejemplo en el mundo del deporte adaptado, en todas las embarcaciones llevamos unas adaptaciones... Cuando eres chico y tu madre te esconde los mantecados en el mueble de arriba del todo para que no te los comas... tú al final te pones de mantecados hasta los ojos, coges las escaleras, la silla y lo que sea para comerte los mantecados... El deporte adaptado yo lo veo un poco similar. Si no puedes correr, te buscas una prótesis, una silla de atletismo, una adaptación, pero al final tú haces tu carrera, haces tu piragua y al final el deporte se puede hacer", señala Reja.