Cuando en la obesidad infantil no sólo influye la alimentación y el sedentarismo: estos son los otros factores
-
El 70% de los padres no reconoce que su hijo tiene exceso de peso
-
El "ejemplo de los padres" es un factor individual vital
-
El lugar de residencia también es una cuestión determinante
La obesidad infantil no sólo se da por comer mal o practicar el sedentarismo, sino que también influyen otros mucho factores como el lugar de residencia o el nivel de estudios de los padres.
Más allá de la genética, que no es modificable, el factor individual más importante es "el ejemplo de los padres" y su capacidad de fomentar un estilo de vida saludable y reconocer el problema de peso de su hijo, en caso de que lo haya, ya que el 70% no lo ve, sobre todo cuando alguno de sus progenitores también lo padece.
También, un estudio de investigadores de la Universidad de Granada de 2017, matizó tres situaciones: las madres tienen más posibilidades de no identificar el exceso de peso sus hijos, los padres con sobrepeso u obesidad tienen más posibilidades de no verlo en sus hijos y las familias con mayor nivel de estudios y mejores niveles de renta identifican mejor el problema.
El doble en familias de rentas bajas
En cuanto a la forma en la que influye la renta, según el Physical Activity, Sedentarism and Obesity in Spanish Youth (PASOS), de la Fundación Gasol, se estima que el porcentaje de menores con obesidad se duplica en los hogares con menos ingresos (23,7%) respecto a los que tienen más (10,5%).
El lugar de residencia también es un factor determinante
Recientemente, la Revista Española de Salud Pública ha publicado el estudio "Abordaje de la obesidad infantil. Comparativa entre comunidades autónomas", elaborado por investigadores de la Universidad de Murcia sobre la población española de 2 a 17 años, para la que calcula una tasa de sobrepeso del 18,26% y de obesidad del 10,3%.
Las cifras de Murcia (25,75%), Canarias (25,15%), Melilla (24,5%) y Baleares (22,97%), distan mucho de las de Extremadura (11,8%), Navarra y Euskadi (13,5%) y Cataluña (14,8%). En el extremo, con los porcentajes más bajos, se sitúa Navarra, Aragón y Cantabria.
También difieren la forma y recursos para abordar el problema ya que mientras que la ratio nacional de pediatras es de 1,21 y de 0,65 enfermeras, en La Rioja es de 1,55 y 0,89, respectivamente, frente a los 0,84 y 0,54 de Baleares.
Además, en Andalucía, Asturias, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Extremadura y Galicia no reconocen de momento a nutricionistas y técnicos en nutrición como personal sanitario.