Partido de la Real: ¿dónde quedó la fiesta?
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El partido Real Sociedad - Anderlecht ha sido declarado de alto riesgo
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Cerca de 300 ultras belgas se darán cita en las calles de Donostia
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El temor a los ultras del Anderlecht provoca incluso el cierre de un colegio antes de lo habitual
Partido de alto riesgo. ¿Riesgo de lesiones? ¿Riesgo de aburrimiento? ¿de muchos goles? ¿de tarjetas? Pues no. Por culpa de algunos que entienden el fútbol como cualquier cosa menos deporte, el 'riesgo' se saca del estadio para trasladarlo a la calle.
Qué pena y qué triste que un día en el que apetece sumar entre todos para que gane la Real, reste el ruido peligroso que rodea a este partido o a estos dos próximos partidos. Porque este jueves es el Anderlecht, pero el domingo la película va a ser parecida con el Atlético de Madrid.
Cualquier medida de seguridad me parece importante y bienvenida para evitar males mayores, y si encima hay niños de por medio, sobra decir más. Pero qué frustrante haber llegado a eso. Que el colegio Amara Berri se haya visto casi obligado a acabar las clases una hora antes de lo habitual para esquivar follones que puedan pagar los que menos se lo merecen. A esa decisión hay que sumar el quebradero de cabeza de muchos padres a la hora de organizarse, otra consecuencia más de la amenaza de ultras en las calles de la ciudad.
Con esta nueva deriva se están perdiendo oportunidades increíbles de estar cerca de los nuestros. Es muy triste recordar que no hace mucho tiempo se recibía al autobús de la Real Sociedad por todo lo alto, como en la semifinal de Copa contra el Mirandés: color, cánticos, bufandas al aire. Piel de gallina. Aquellos momentos de subidón que sentía el equipo viendo a su gente entregada con los jugadores, desgraciadamente va a ser difícil que se repitan porque en algún momento aquella animación hizo 'crack' para convertirse en otra cosa. Ahora al autocar se le alienta desde lejos por el perímetro de seguridad.
Desde este miércoles cerca de 300 ultras belgas van a pasearse por Donostia con el consiguiente susto en el cuerpo de los vecinos de la ciudad, obligados a cambiar sus rutinas en algún momento para evitar riesgos. Y el jueves será el tráfico el que se vea afectado. En Niza, hace una semana, el meeting point para los realzales estaba a 10 kilómetros del estadio... Difícil de digerir. ¡Ojo! Que aquí no estamos libres de pecado, y también tenemos parte de culpa de no poder disfrutar de los recibimientos al equipo.
El fútbol es pasión. Emoción. Nervios. Euforia. Lágrimas de alegría. Llanto en la derrota. Pero sobre todo es deporte. Disfrute. Gozo. Historia. Identidad. Amigos. Un gran plan el fin de semana. ¿Por qué convertirlo en otra cosa que ningún enamorad@ del fútbol entiende?