El aficionado valencianista retenido en Singapur se enfrenta a duras leyes de orden público
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Comunicado de la familia de los aficionados retenidos en Singapur: "Pedimos discreción y cese del ruido mediático"
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"Técnicamente podría ser acusado de violar la ley de orden público o de vandalismo, por poner la pegatina"
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Los extranjeros tienen prohibido protestar según las leyes de Singapur
Singapur, donde se encuentra retenida una pareja española tras haber protestado contra la gestión del empresario local Peter Lim, máximo accionista del Valencia CF, tiene algunas de las leyes más draconianas del mundo desarrollado para preservar el orden público y la seguridad. La isla semi-autocrática, conocida por su moderno paisaje urbano y su rol de centro financiero regional, contempla estrictas normas que restringen las protestas callejeras y penan con multas y hasta años de cárcel los actos de vandalismo. Para que no vaya a más el caso, la familia ha pedido "discreción y cese del ruido mediático". Sin que sepa aún si se han presentado cargos en su contra, un aficionado del Valencia, Dani C., y su pareja quedaron retenidos en Singapur el pasado viernes cuando se disponían a embarcar en un vuelo hacia Bali, y desde entonces se les ha retirado el pasaporte. El Fiscal debe calificar el caso, tipificarlo y solicitar la pena. Entretanto, Libertad VCF ha pedido ayuda a las autoridades ante lo que consideran un "abuso orquestado por Peter Lim".
Las duras leyes orden público de Singapur: los extranjeros no pueden protestar
Singapur, país que ejerce un férreo control sobre la prensa local, la cual no se ha hecho eco del caso, solo permite a los oriundos de la isla protestar sin permiso en un único punto de la ciudad-Estado conocido como el "Speakers Corner" (Rincón de los Oradores), siempre y cuando no sea de asuntos controvertidos.
Su ley de orden público especifica que en caso contrario la Policía debe conceder permiso previo, y que este no será concedido para las manifestaciones organizadas por extranjeros o que les involucren y tengan fines políticos, término que el país aplica con vaguedad. La violación de la ley se penaliza con multas de hasta 5.000 dólares estadounidenses.
El delito de vandalismo
En caso de vandalismo, que incluye "escribir, dibujar o marcar en propiedades públicas o privadas cualquier palabra, eslogan, caricatura, marca, símbolo, etc.", la ley estipula un máximo de 2.000 dólares de multa o hasta tres años de prisión. En la pena de cárcel se incluyen entre tres y ocho azotes por bastón, aunque el hecho de que las modificaciones en la puerta del domicilio de Lim no se han hecho con elementos indelebles y que haya sido la primera sanción de este estilo del aficionado, le eximiría de ese castigo.
Si los hechos son tipificados como 'Travesura': acarrearía una sanción económica o una pena de cárcel de hasta dos años.
Si el delito se considera 'Tontería': la sanción se limita a una multa de un máximo de 1.000 dólares. Este tercer escenario es el más probable de todos.
Expulsión de Singapur, el final más probable
Por su parte, en el limitado entorno de activistas pro-democracia de la isla, gobernada por el Partido de Acción Popular (PAP) desde su independencia en 1965, consideran probable que se dé a la pareja española una advertencia y se les expulse de Singapur, como ocurrió en 2019 con un hongkonés que organizó una "asamblea ilegal" para discutir las protestas anti Pekín en Hong Kong.
"Técnicamente (el español) podría ser acusado de violar la ley de orden público o de vandalismo, por poner la pegatina en la propiedad"
"Técnicamente (el español) podría ser acusado de violar la ley de orden público o de vandalismo, por poner la pegatina en la propiedad", dice un activista de la isla bajo anonimato, tachando de "absurdez" la primera normativa.
"Pero lo que creo es que les acabarán expulsando", añade