Tomás Calero, estable tras sufrir un evento cardiaco agudo
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Su estado es estable
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Ha sido trasladado al Virgen del Rocío
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Tomás Calero Campos, médico del Real Betis durante más de un cuarto de siglo, sufrió la semana pasada un evento cardiaco agudo, por el que tuvo que ser ingresado en la UCI, aunque gracias a los servicios médicos revertió y quedó estable. Una noticia que levantó mucha preocupación en el seno de la entidad, aunque por suerte el doctor ha experimentado mejoras sustanciales y ya se encuentra estable, pendiente de más pruebas, en el Hospital Virgen del Rocío.
Su familia ha emitido un comunicado actualizando el estado del médico y agradeciendo todas las muestras de cariño recibidas a lo largo de estos últimos días.
Tomás Calero, trasladado al Virgen del Rocío
"Tras las muchas llamadas recibidas, interesándose por el estado de salud de nuestro Tomás Calero, queremos informar a todos de su situación. A finales de la semana pasada, Tomás sufrió un evento cardiaco agudo, afortunadamente y gracias a la rápida de la actuación de los servicios de emergencia avanzada, revertió y quedó estable, aunque ingresado en la UCI del Hospital Vithas Aljarafe", comienza explicando la familia.
"En el día de ayer fue trasladado a la unidad de coronarias del Virgen del Rocío, donde ha quedado ingresado a la espera de nuevas pruebas diagnósticas. Su estado es estable, y deseamos, como todos los que os habéis interesado, que pronto puedan tratarle como sea preceptivo y pueda comenzar su recuperación", añadían.
Por último, en nombre de sus hijos, dieron las gracias al beticismo por todo el apoyo recibido: "Agradecemos las muestras de cariños recibidas y daremos cumplida cuenta de cualquier variación que se produzca en su evolución. Un abrazo, en su nombre y en el de nuestra familia"
Tomás Calero Campos, nacido en Córdoba capital el 6 de marzo de 1960, puso fin a su etapa como médico del Real Betis Balompié a sus 64 años en diciembre de 2023 tras tres décadas y media de servicio en el club de Heliópolis.
Calero aparece en las fotos de casi todos los banquillos béticos desde que en 1986 se sentó en ellos y, desde entonces, ha sido santo y seña de la enfermería verdiblanca y protagonista de hechos como el que en la temporada 2010-2011 le salvó la vida al futbolista Miguel García tras una parada cardiaca en El Helmántico de Salamanca.
FER toda la razón
Gran persona es curioso una vez más que se critique la sanidad pública cuando la privada demuestra sus limitaciones reenviando pacientes a la pública