Jon Morcillo se sincera sobre las críticas que sufrió en el Athletic: "Con ayuda psicológica aprendí"

Jon Morcillo abandonó el Athletic Club en el pasado mercado estival. El atacante de Zornotza, tras la decisión de la entidad rojiblanca de no ejecutar la cláusula de renovación que tenía sobre el jugador, se enroló al Albacete Balompié. Allí está cuajando una buena temporada, aunque en lo colectivo está inmerso en la lucha por no descender. El cuadro albaceteño está recibiendo críticas de su hinchada, algo que ya vivió en el pasado 'Morci', como relata él mismo al recordar su etapa en el Athletic Club.

El pasado jueves, el extremo compareció ante los medios en sala de prensa. Allí, Jon Morcillo valoró su rendimiento sobre el terreno de juego: "Mentalmente, cuando metes durante varios partidos seguidos y estás con esa euforia, pues quieres más. Lógicamente te frustras un poco, pero sé de lo difícil que es sumar goles, pero estoy tranquilo".

Jon Morcillo y las críticas en el Athletic Club

Al ser cuestionado por las críticas que recibe el Albacete, 'Morci' hizo alusión a su etapa como león: "La gente, cuando gana el Alba, pues está más feliz, pero hay que diferenciar en cuanto a la felicidad futbolística y la de tu vida. Yo entiendo las críticas y que la gente se queje. Invito a que esas críticas, siempre que sean para mejor, pues mejor que para hacer daño. Personalmente no leo nunca porque en el pasado lo he pasado mal por críticas en el Athletic. Ahora mismo estoy ajeno a eso, estoy mentalmente bien y entiendo que la gente de su opinión".

Siguiendo esta línea de declaraciones, Morcillo relató toda la presión ante la que tuvo que lidiar en San Mamés: "Era un chaval, acababa de subir al primer equipo e hice una buena temporada. Jugué muchísimos partidos y estaba todo el mundo aquí. A medida que fue pasando la siguiente temporada el equipo perdió dos finales, estábamos en una situación que no era la que la afición quería y me tocaba salir en partidos difíciles. Perdiendo, cinco minutos... salía con una presión en la cabeza que no sabía controlar. Luego me llegaban mil mensajes, a mi familia, a mis amigos, a gente de mi circulo que no se merecía eso. Lo pasé mal porque veía a mis padres, madre y hermana que sufrían por mí. Era una cosa difícil de gestionar mentalmente porque nadie te prepara para eso y lo pasé mal, pero con ayuda psicológica aprendí a alejarme de esas cosas y a centrarme a trabajar en el día a día. Creo que somos personas y todo el mundo comete errores".