El Sevilla se asoma al abismo

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El Sevilla ya es decimoquinto, solo tres puntos por encima de la zona de descenso
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El abismo está cerca y el Sevilla ya solo se agarra con una mano
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Las "soluciones" de Joaquín Caparrós aceleran al Sevilla: "Tampoco hay que exprimirlas al máximo"
A cinco jornadas para el final, el Sevilla FC es un claro candidato al descenso. Tras caer en el partido ante el CA Osasuna, como casi todos esperaban, suma seis jornadas sin ganar, una catastrófica serie de un punto de los últimos 18 disputados y la sensación de incapacidad manifiesta de un equipo que cada partido que pasa despierta más dudas y confirma muchas certezas, todas ellas negativas.
El equipo huele a muerto. Está a dos victorias de confirmar la permanencia, un objetivo tan triste como vital, y juegan en el Sánchez-Pizjuán de aquí a final de temporada dos de los equipos que están en puestos de descenso. A priori, deberían ser partidos asequibles, pero las cuentas no salen entre el sevillismo, porque este Sevilla no le gana a nadie, y menos aún jugando como local. Ya es decimoquinto, solo tres puestos por encima de la quema, y con un colchoncito de cinco puntos que parece exiguo.
Este equipo no tiene alma, no tiene fútbol, ni rastro de la casta y el coraje, y de la calidad ni hablamos. Tampoco tiene un mínimo de fortuna y ni siquiera el escudo de octacampeón europeo que luce en el pecho infunde ningún tipo de respeto. Ni al rival, ni al colegiado. Por eso, las jugadas grises siempre caen en contra. Por eso Lukebakio se va a la calle y Pablo Ibáñez no, porque el VAR solo corrige lo que no le interesa al Sevilla a pesar de que ninguna de las dos fue roja.

Las carencias deportivas
Por eso el equipo tiene solo un lateral izquierdo, el lateral derecho titularísimo fue continuamente descartado en las últimas temporadas, no tiene ni una ‘mijita’ de fútbol en el centro del campo, y la tabla de salvación en la delantera es un chico de Málaga, que fichó por el Sevilla C procedente de la universidad norteamericana y que, para colmo, se va a marchar en dos meses. No tiene la culpa Álvaro García Pascual, faltaría más teniendo un director deportivo que ficha delanteros que no marcan goles y entrenadores que no ganan partidos, pero el rol adquirido en El Sadar define el sindiós que es este club, al igual que el brazalete de capitán en el brazo del cedido Saúl Ñíguez, quien vino para aportar una jerarquía al equipo que se esfumó en diciembre con la retirada de Jesús Navas.
Tampoco es el culpable Joaquín Caparrós, cuya presencia en el banquillo sevillista únicamente responde al populismo del que ve desesperadamente que la nave se hunde. El utrerano será siempre leyenda y emblema de este club, pero meterlo en este barco por que algo había que hacer y era más fácil señalar a García Pimienta que señalarse a sí mismo, es injusto con una persona que no merece un final a su carrera sevillista en clave de tragedia. El abismo está cerca y el Sevilla ya solo se agarra con una mano.
El Sevilla se va a salvar porque hay tres más malos que él, si no esta era la temporada, qué mala suerte chato, bueno a ver si el año que viene, porque esto promete más, porque económicamente están abajo de todo, vamos Betis a diecisiete
Que iban ustedes a jugar en europa jejeje como no le ganeís al Leganes creo que se tendreis que ir todos a rezar jejej
A ver de no ser por ciertos favores ahora olvidados, como por ejemplo el penalti contra el Betis que no fue, el Trampillas estaría en puestos de descenso, Medina lo ha evitado dos años pero tres son demasiados.