Víctor Martínez, el murciano de orígenes humildes que se convirtió en el peluquero de Carlos Alcaraz: "Empecé en el baño de mi casa"
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Detrás del impecable aspecto de Carlos Alcaraz en la pista hay alguien que juega un papel más importante de lo que parece. No se trata de su entrenador ni de su fisioterapeuta, sino de su peluquero de confianza, Víctor Martínez. Aunque su historia no empezó entre tijeras y máquinas, hoy es una pieza clave en la preparación del tenista antes de cada gran torneo, como Roland Garros. En ElDesmarque hemos querido charlar con él, conocer su historia y la relación que mantiene con el número dos del mundo.
De poner paneles solares a cortar al número dos del mundo
Cuando Carlos Alcaraz cambia de look, las redes sociales estallan. Saben que se vienen cosas grandes, y Víctor Martínez es uno de los artífices de que el murciano luzca siempre 'fresco': "Siempre que viene a Murcia se corta el pelo aquí. Por falta de tiempo no pudimos cuadrarlo pero como estaba en París me preguntó si quería subir (al hotel). Le corté el pelo allí y tuve la oportunidad de verlo jugar un par de partidos", comienza diciendo.
Víctor no siempre tuvo esta vida y así lo desvela en ElDesmarque. Lo que empezó por hobby o por pasión ahora lo ha convertido en el peluquero de Carlos Alcaraz: "Antes de empezar a cortar el pelo tuve dos trabajos. A los 19 años me fui a Chile, al desierto de Atacama, a poner placas solares. Cuando llegué de Chile estuve dos años en El Pozo trabajando y a la misma vez cortaba el pelo. Me gustaba, me llamaba la atención, así que empecé a formarme. La gente que es de El Palmar me conoce y sabe que yo empecé a cortar el pelo en el cuarto de baño de mi casa".
"Me levantaba a las 4:30 de la mañana, a las 6:00 entraba, terminaba a las 14:30, comía y a las 16:00 empezaba a cortar el pelo. Era muy duro, todos los días, muchas horas trabajando... Pero el esfuerzo a día de hoy mereció la pena".
La primera vez cortando a Carlos Alcaraz
Víctor Martínez recuerda la primera vez que Carlitos fue a su barbería con ilusión: "Yo empecé a cortar a Carlos a través de uno de sus mejores amigos, que era cliente mío. Venían de Miami, que Carlos estaba jugando allí, y me pidieron cita. Después me escribió 'Carlos también se quiere cortar'. ¡Imagínate cómo me puse!", confiesa.
El momento de la verdad llegó entre nervios, pero finalmente todo salió bien: "Estaba sudando, no podía coger las tijeras porque las manos me temblaban. ¡Era el primer corte, me estaba jugando mucho!".
A raíz de esta primera vez, llegaron muchas otras, con anécdotas especiales: "Una vez me traía una raqueta para regalarme, y bajaba por la Calle Mayor, él solo, andando, con ella en la mano y dando raquetazos al aire. La gente enseguida lo vio, ¿y quién iba a ser? Se pusieron locos. Nosotros estábamos dentro de la barbería y había 30 y 40 personas esperando a que saliera. Yo le decía: '¿Carlos, y ahora qué hacemos?'. Muchas veces lo he acompañado de la barbería al coche para no dejarlo ir solo por el tema de la gente... Normalmente él siempre se para, se hace fotos con todos, pero muchas veces es muy exagerado".
Un chico normal en la barbería, una estrella fuera de ella
A pesar de su éxito en las pistas, Víctor define a Carlitos Alcaraz como un chico cercano: "Es un muchacho, es joven y es muy bueno, un chico como cualquier otro de su edad. Llega a la barbería, habla con todo el mundo, saluda a todos, se mete en las conversaciones... No tiene superioridad cuando está aquí, es uno más".
Además, Víctor habla sobre su documental y añade: "No tienen que compararlo con nadie y dejar que él solo haga su camino. A la vista está que está haciendo las cosas bien, sobran las palabras".
