El nuevo BMW X3 será revolucionario, pero muchos ya están en contra

El nuevo BMW X3 marcará un antes y un después en la gama de la marca alemana con una propuesta profundamente transformada tanto en diseño como en tecnología. Basado en la nueva plataforma Neue Klasse, el modelo introduce un salto cualitativo que afecta a su arquitectura, propulsión y equipamiento, en línea con la estrategia eléctrica y digital que BMW desplegará en los próximos años. Esta nueva generación, que dará lugar también al futuro iX3, estará completamente electrificada desde su lanzamiento.

Uno de los aspectos clave es la incorporación de un chasis específico para vehículos eléctricos, con una batería estructural integrada en el suelo del vehículo. Esta solución permite mejorar la rigidez del conjunto, rebajar el centro de gravedad y liberar espacio en el habitáculo, a la vez que incrementa la autonomía. Además, el nuevo X3 incluirá sistemas de asistencia avanzados, conducción semiautónoma y una interfaz digital renovada, con un ecosistema conectado a las infraestructuras urbanas y al entorno del usuario.

Un diseño rupturista de BMW que no convence a todos

Sin embargo, no es ningún secreto que el diseño ha generado división desde su presentación. Las proporciones generales, las líneas angulosas y la parrilla de grandes dimensiones han sido objeto de críticas por parte de muchos seguidores de la marca, que consideran que el nuevo lenguaje visual se aleja de la sobriedad que tradicionalmente ha caracterizado al X3. Las ópticas rediseñadas y ciertos elementos estilísticos más agresivos refuerzan una imagen que, para algunos, resulta excesiva o poco equilibrada.

Lo destacable en este caso es que BMW ha optado por una reinterpretación completa, no solo estética sino también conceptual. La evolución del diseño responde a necesidades técnicas: optimización aerodinámica, integración de sensores y cámaras, y una mayor eficiencia en el flujo de aire. Por otro lado, el habitáculo da un paso hacia la digitalización plena, con mandos reducidos al mínimo, pantallas envolventes y nuevos materiales sostenibles.

El nuevo BMW X3 será una pieza clave en la transformación de la marca, aunque su aceptación visual todavía está en entredicho. A medio plazo, se perfila como un modelo estratégico para consolidar la transición hacia la electrificación total, pese al escepticismo que su imagen ha despertado en parte del público.