Mitsubishi sufre un nuevo revés: adiós a un mercado clave

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Mitsubishi no solo pierde ventas, ahora también pierde territorio
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Su futuro en Europa también genera serias dudas
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Mitsubishi recupera a uno de sus iconos, pero con un formato diferente
El panorama para Mitsubishi no deja de oscurecerse. Mientras otras marcas se expanden o se reinventan, el fabricante japonés sigue encogiéndose. Esta vez, la herida es profunda: Mitsubishi abandona China. La noticia confirma lo que muchos veían venir, pero nadie quería aceptar.
Durante años, la marca intentó aferrarse al gigante asiático. Primero con motores, luego con coches, más tarde con SUV eléctricos. Pero nada funcionó. La alianza con GAC, que en su día prometía éxito, terminó por sentenciar la presencia de Mitsubishi en un mercado ferozmente competitivo.

Mitsubishi abandona el mercado chino
El cierre de la planta SAME, encargada de producir motores desde 1998, es el último clavo en el ataúd. Se trataba del único eslabón que quedaba de su red industrial en el país. Ahora, con la persiana bajada, Mitsubishi desaparece del mapa chino tras casi 30 años de intentos.
No es solo un cierre de planta. Es el fin de una ambición industrial. Mitsubishi no solo fabricaba para sí misma. También surtía a otras marcas locales, lo que le daba relevancia más allá de sus propios modelos. Esa relevancia se ha evaporado.

Su futuro en Europa, en el aire
En paralelo, su presencia en Europa no es mucho mejor. Con casi todo su catálogo basado en modelos Renault rebautizados, la marca ha perdido gran parte de su identidad original. Lo que queda es el Outlander PHEV, el único modelo con sello técnico propio.
El intento por adaptarse al coche eléctrico tampoco ha dado frutos. El Airtrek, una de sus apuestas más recientes en China, pasó sin pena ni gloria. Se lanzó con ambiciones y se retiró con silencio. Un símbolo de los errores de cálculo que arrastra la marca.