Supera al Toyota RAV4 en todo, también es japonés y, para muchos, su motor es mejor

El Lexus NX se posiciona como una de las propuestas más sólidas dentro del segmento SUV premium de tamaño medio, y lo hace con una combinación de diseño, tecnología y refinamiento mecánico que lo sitúa un paso por delante de modelos como el Toyota RAV4, con el que comparte origen y parte de su arquitectura. Aunque ambos vehículos nacen sobre la misma base, el NX introduce mejoras sustanciales en chasis, motorizaciones y equipamiento que refuerzan su carácter más exclusivo y orientado al confort.

Su diseño exterior es más elaborado y expresivo, con líneas tensas, una parrilla de gran tamaño característica de Lexus y detalles que aportan una presencia más sofisticada. La aerodinámica se ha cuidado para mejorar tanto la eficiencia como la estabilidad, y los acabados de pintura y elementos cromados refuerzan la sensación de producto de alta gama. El conjunto transmite solidez y elegancia, manteniendo una imagen diferenciada frente a otros SUV de tamaño similar.

En el apartado mecánico, el NX está disponible con dos motorizaciones principales. La primera es la versión híbrida autorrecargable, que combina un motor de gasolina de 2,5 litros con uno o dos motores eléctricos según la configuración de tracción, alcanzando una potencia total cercana a los 244 CV. La segunda es la variante híbrida enchufable, que eleva la cifra de potencia a unos 309 CV y ofrece la posibilidad de recorrer más de 60 kilómetros en modo 100 % eléctrico. Ambas opciones destacan por su suavidad de funcionamiento, respuesta inmediata y una eficiencia notable para un SUV de su tamaño y prestaciones.

Un salto en refinamiento y experiencia de conducción respecto a Toyota

Llama especialmente la atención la mejora en la puesta a punto del chasis y la suspensión, que en el NX se orienta a un equilibrio entre confort y precisión en curva. La insonorización es otro de sus puntos fuertes, con un habitáculo muy bien aislado de ruidos aerodinámicos y de rodadura, lo que contribuye a una experiencia de conducción más relajada en viajes largos. El sistema de tracción total, disponible en varias versiones, optimiza el reparto de par para mejorar la motricidad en condiciones adversas sin comprometer el consumo.

El interior del NX es un ejemplo de ergonomía y calidad. Los materiales, ensamblajes y tacto de los mandos están a la altura de un vehículo premium, con detalles como cuero de alta calidad, inserciones metálicas o de madera y un diseño limpio que combina modernidad con funcionalidad. La tecnología a bordo incluye una gran pantalla central táctil, cuadro de instrumentos digital configurable, sistemas avanzados de conectividad y un completo paquete de ayudas a la conducción, que incorpora control de crucero adaptativo, asistente de mantenimiento de carril, frenada automática de emergencia y detector de ángulo muerto, entre otros.

Por otro lado, la oferta de equipamientos y posibilidades de personalización es más amplia que en el Toyota RAV4, con opciones que van desde sistemas de sonido de alta fidelidad hasta asientos con ventilación y masaje. Con todo, el Lexus NX no solo destaca por superar a su pariente más popular en rendimiento y refinamiento, sino que también se consolida como una de las referencias en su categoría por equilibrio, calidad percibida y capacidad tecnológica.