

El olfato goleador de Álvaro García Pascual da la primera alegría al Cádiz

-
El Mirandés jugó con diez desde el minuto 1 por la expulsión de Iker Córdoba
-
Álvaro García Pascual, autor del gol de la victoria, fue el jugador más determinante del Cádiz
-
Gaizka Garitano llama a la afición y pide un inicio fuerte del Cádiz ante el Mirandés
El Cádiz CF inició la temporada en el Nuevo Mirandilla con una victoria trabajada frente al Mirandés (1-0) en un partido marcado por la tempranera expulsión de Iker Córdoba a los diecinueve segundos de juego. Con un jugador menos prácticamente desde el inicio, el conjunto jabato se vio obligado a encerrarse atrás, aguantando como pudo las embestidas del equipo de Gaizka Garitano. Un gol de Álvaro García Pascual, el más destacado de los amarillos, bastó para estrenar el casillero de puntos en LaLiga Hypermotion.
El Cádiz aprovechó la temprana roja
El duelo apenas había comenzado cuando el Mirandés se quedó en inferioridad. Iker Córdoba, último defensor, derribó a De la Rosa en una contra del Cádiz y el árbitro, tras revisar la acción con el VAR, mostró la tarjeta roja directa. Esa jugada obligó al equipo de Fran Justo a modificar por completo su plan: cerrarse en su propio campo, juntar líneas y esperar una oportunidad aislada.
A partir de ese momento, el Cádiz fue dueño absoluto del balón y de las ocasiones. Ontiveros y Suso generaban peligro constante por las bandas, mientras que Álvaro García Pascual avisaba con un disparo al palo en el minuto 9. El gol, sin embargo, no llegó hasta el minuto 23, cuando el delantero cazó un balón en el área tras un centro de Suso y batió a Juanpa con un disparo cruzado. El Nuevo Mirandilla estalló de alegría con el 1-0.

El Mirandés se aferra al partido
Pese a estar con diez, el Mirandés no se rindió. Juanpa, su portero, sostuvo al equipo con varias intervenciones de mérito, como una mano salvadora a disparo de Yusi Diarra en el 21’. Los jabatos apenas tuvieron presencia ofensiva en la primera mitad, pero lograron llegar al descanso con el 1-0, manteniendo viva la esperanza.
En la segunda parte, el Cádiz bajó la intensidad y el Mirandés se animó. Con Marino Illescas e Isma Barea tomando protagonismo en el centro del campo, el equipo visitante empezó a acercarse al área rival. El punto de mayor polémica llegó en el minuto 68, cuando Juan Gutiérrez marcó a portería vacía tras un balón dividido, pero el colegiado Gorka Etayo anuló el tanto por falta en el salto previo. Las protestas de los jugadores del Mirandés terminaron con dos amarillas casi consecutivas.