Lo mejor y lo peor de Matías Almeyda en su debut con el Sevilla FC

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El equipo se mostró reconocible y mejoró tras la charla del descanso
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La defensa sigue siendo la mayor carencia del equipo
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El uno por uno del Sevilla ante el Athletic en la primera jornada de LALIGA EA Sports: Gudelj y Sow cortan la remontada
Cuando menos se esperaba, el Sevilla FC cuajó una grata imagen en su debut en LALIGA. Con media planificación por resolver, condicionado por las lesiones y un sinfín de problemas con las inscripciones, el equipo hispalense se plantaba en San Mamés sin muchas esperanzas. Al menos salvo el papel, en lo que parecía ser toda una utopía ante un club que recién estrena su condición de equipo Champions League. Y lejos de hincar la rodilla o reblar, a pesar de ponerse el marcador cuesta arriba, los de Matías Almeyda sacaron su rabia para someter por momentos al Athletic Club.
Virtudes y defectos en el debut de Matías Almeyda
Y es que a pesar de la derrota, no todo es negativo en el Sevilla FC. Un equipo en el que, a falta de inscripciones y refuerzos, ya se ve mano del entrenador. A diferencia del año pasado, el equipo dejó un semblante más serio y no cruzó los brazos cuando el Athletic parecía tenerlo sentenciado con el 2-0 al descanso. El entrenador espoleó a los suyos al descanso y cambió la mentalidad de sus jugadores, que durante casi la totalidad de la segunda mitad sometieron al Athletic, con hasta cinco ocasiones claras para haberle dado incluso la vuelta al marcador.
Seguramente no sabremos lo que se habló en el vestuario, pero Lucién Agoumé reconocía tras la cita ante los micrófonos de Movistar LALIGA que el entrenador "ha dicho todo lo que tenía que decir", a la vez que añadía que "nosotros sabemos que no hemos hecho una buena primera parte".
La defensa, el gran talón de Aquiles
Presión alta -cuando el físico o el rival lo permitieron-, competitividad y un evidente cambio de mentalidad. Esas fueron las principales señas de identidad del Sevilla FC en San Mamés. Una serie de pinceladas que dejan entrever que el equipo no será tan vulnerable como antaño, y en el que parecen tener protagonismo hombres como Akor Adams -que dejó movimientos positivos-, Idumbo, por el que el entrenador apostó con firmeza, o Agoumé, pieza que apunta a ser indiscutible en el centro del campo.
Pero también hubo carencias. La más evidente, la de la defensa. Una retaguardia que condenó los intereses del Sevilla FC y que está muy lejos del nivel que se le presupone a equipos de Primera División. Desconexiones defensivas, errores tácticos, fallos en la marca, problemas a la hora de tirar el fuera de juego... Una vulnerabilidad que en la élite se paga caro. Competir con una defensa más propia de segunda es un milagro. Eso, junto al invento de Januzaj en el centro del campo -lo que debilitó al equipo- fueron los principales lunares de Matías Almeyda en su estreno.
El técnico, eso sí, se mostró con personalidad. Isaac Romero y Peque, al banquillo. Marcao, por detrás de un canterano. Y Adriá Pedrosa sin minutos, pese a que el entrenador aún disponía de un cambio más. Una coctelera que le fue insuficiente al Sevilla FC, que aún tiene mucho por delante. Aun así, no todo es negativo. Tiene trabajo Matías Almeyda, que al menos siembra algo de esperanza en la afición. Que no es poco.
