La afición del Zaragoza se aferra a la nostalgia y opina sobre el Ibercaja Estadio: "Bonito, pero no es La Romareda"
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Desde ElDesmarque descubrimos la opinión de la afición zaragocista
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La Romareda ya es un solar: el derribo que despertó la nostalgia del zaragocismo
El derribo definitivo de la Romareda ha dejado una mezcla de sentimientos en el zaragocismo. La caída de la grada de Preferencia, la última en pie, marcó el adiós a un estadio histórico que durante casi siete décadas fue la casa del Real Zaragoza y de su afición. Ahora, los hinchas deben adaptarse al Ibercaja Estadio, un recinto modular provisional para los próximos dos años. Aunque valoran el esfuerzo del club por ofrecer una alternativa digna, muchos no esconden la nostalgia por su antiguo hogar.
El Ibercaja Estadio convence, a medias
Los aficionados que acudieron al estreno del Ibercaja Estadio destacan el mérito de haber levantado el recinto en tan solo unos meses y el aspecto moderno que presenta. "Para dos añitos está bastante bien", aseguraba un seguidor tras el encuentro. Otros coincidían en que el campo "ha quedado muy bonito" y que, pese a las dudas iniciales, ha sorprendido positivamente. El lema “Zaragoza nunca se rinde” preside la fachada, y el videomarcador de 52 metros cuadrados refuerza la sensación de modernidad.
Sin embargo, también hay críticas: “Lo veo pequeño y le faltan muchos medios”, opinaba otro hincha, reflejando una sensación generalizada de que el estadio no alcanza el calor ni la identidad de la vieja Romareda.

La nostalgia de la afición del Real Zaragoza
La afición zaragocista no puede evitar mirar atrás. “No hay nada como la otra Romareda”, comentaban varios seguidores, dejando claro que el vínculo emocional con el viejo estadio sigue muy presente. El ambiente, aseguran, no es el mismo: “No es el mismo calor de animar en tu campo como en la Romareda”.
Al mismo tiempo, la mayoría comparte un anhelo común: que la espera sea breve. “El 90% de los aficionados queremos ya la nueva Romareda”, resumía uno de los testimonios. La demolición completa abre paso a las obras del nuevo estadio, cuyas cimentaciones arrancarán a finales de septiembre. Hasta entonces, el Ibercaja Estadio será la parada obligada entre la nostalgia del pasado y la ilusión por el futuro.
