La gran apuesta de Opel cuesta menos de 20.000 euros

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Opel ha reactivado una denominación histórica para lanzar su nuevo SUV compacto, el Frontera, un modelo que llega para ocupar un lugar clave dentro de su gama generalista. Se trata de un vehículo de enfoque práctico, estética robusta y un posicionamiento claramente orientado al volumen, con versiones híbridas y eléctricas. El regreso del Frontera no es casual: la marca busca reforzar su presencia en uno de los segmentos más competitivos del mercado europeo.
La variante de acceso del Opel Frontera, equipada con un sistema híbrido ligero de 48V y motor de gasolina de 1,2 litros con 110 CV, parte de un precio oficial inferior a los 20.000 euros. Esta cifra sitúa al modelo como una de las propuestas más asequibles dentro de su categoría, sin renunciar a un nivel de dotación razonable y una arquitectura técnica moderna. La transmisión corre a cargo de una caja automática de doble embrague, una elección poco habitual en este rango de precios.

El modelo se asienta sobre la plataforma CMP, compartida con otros productos del grupo Stellantis, pero con un diseño específico tanto en su carrocería como en el tratamiento interior. Mide 4,38 metros de longitud, con una altura libre al suelo generosa y pasos de rueda sobredimensionados. La línea estética combina simplicidad y funcionalidad, sin elementos decorativos innecesarios. En el habitáculo, se ha optado por un planteamiento sencillo pero eficaz, con instrumentación digital y soluciones de conectividad actualizadas.
Frontera Electric y fabricación en España
Por encima de la versión híbrida, Opel ofrecerá una variante 100 % eléctrica denominada Frontera Electric. Estará disponible con dos niveles de potencia: 113 y 156 CV. Esta última incorporará una batería de 54 kWh que proporcionará una autonomía máxima cercana a los 400 kilómetros en ciclo WLTP. La configuración eléctrica comparte carrocería con el resto de la gama, sin apenas diferencias externas.
Llama especialmente la atención el enfoque industrial del proyecto, ya que el Opel Frontera será producido en la planta de Zaragoza. Esta decisión no solo refuerza el peso de la marca en el mercado nacional, sino que también permitirá reducir costes logísticos y mejorar la disponibilidad. En este sentido, el modelo se perfila como una pieza clave para Opel en su transición hacia una oferta electrificada accesible.